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DESPOBLACIÓN

Mujer de mediana edad, universitaria y con lazos en el pueblo: el perfil del teletrabajador en el mundo rural

Un estudio del investigador cincovillés, Javier Lambán, detecta que la vivienda es el principal escollo para atraer a nuevos moradores a los pueblos aragoneses

ALIZIA BEGUÉ /
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Mujer menor de 40 años, con estudios superiores, hijos o idea de tenerlos y con lazos en el pueblo: así es el perfil del teletrabajador en el mundo rural. El empleo remoto puede convertirse en una oportunidad para fomentar nuevos modos de vida en el medio rural y frenar la despoblación. Sin embargo, para ello hay que aunar las demandas de los teletrabajadores y lo que ofrecen los pueblos. En este sentido, además de servicios básicos como educación y sanidad, la vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas para atraer población que ya tiene su empleo.

Este el objeto de estudio y algunas de las conclusiones del joven cincovillés de 26 años Javier Lambán, que ha desarrollado un análisis sobre lo que piden y necesitan los teletrabajadores susceptibles de trasladarse a vivir a un pueblo. El proyecto se corresponde con el Trabajo de Fin de Máster (TFM), elaborado con el profesor de la Universidad de Zaragoza y miembro de Grupo de investigación de estudios en ordenación del territorio, Antonio J. Lacosta, y el grupo de acción local Adefo Cinco Villas. El año anterior, Lambán ya había elaborado un trabajo de investigación sobre los recursos que ofrecen los pueblos para atraer población con el que ha podido contrastar qué es lo que se oferta y qué es lo que se demanda.

Javier Lambán trabajando en la sede de ADEFO Cinco Villas./ Javier Lambán.

Según los datos obtenidos, la mayoría de personas que teletrabajan son mujeres, en una edad joven entre 16 y 40 años, con pareja pero sin casarse y en un pequeño porcentaje tienen niños. Son teletrabajadores a tiempo parcial, detalla Lambán, vinculados al sector servicios y especialmente a las telecomunicaciones, la administración o la educación. La mayoría, además, tiene una vinculación previa con el pueblo.

"Hemos comprobado las altas pretensiones que tienen las personas para ir a vivir allí y lo poco que corresponde con lo que de momento se puede encontrar", asegura Lambán. "Las necesidades de vivienda están muy lejos de la realidad. Se pide una casa de entre 120 y 180 metros cuadrados, luminosa, con jardín y un espacio para teletrabajar y lo que encontramos es que la gran mayoría están a la venta en lugar de alquiler y se encuentran en condiciones tan desfavorables que se necesita hacer una inversión para reformarla", reflexiona al autor de la investigación.

Otras de las necesidades básicas que se marcan son la cercanía a un centro de salud o urgencias, la existencia de colegio y guardería y buena conexión a internet. Unas pretensiones, lamenta Lambán, que están lejos de lo que, de momento, se puede ofrecer en la mayoría de los pueblos. Como ejemplo, razona Lambán, en la comarca de Cinco Villas hay pocas localidades desde las se pueda llegar en menos de 15 minutos a un centro de salud con urgencias o con guardería. En esta comarca, menos de diez de los 31 municipios cumplen esos tres requisitos básicos, a los que se suman otros como una conexión de transporte con Zaragoza con una frecuencia de entre dos y cinco veces a la semana. Por otra parte, se ha comprobado que la inmensa mayoría de quienes teletrabajarían en un pueblo tienen una vinculación previa con la localidad elegida

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"Nos interesa atraer población formada con estudios superiores a los pueblos, desde el punto de vista del trabajo", explica Lambán, y añade: "Es algo que hasta ahora parecía complicado, porque existía la imagen de que solo podría venir gente dedicada a la agricultura o ganadería pero no se contemplaba que un ingeniero informático trabajase desde un pueblo pequeño". 

El objetivo de la investigación es que las instituciones y grupos de acción local sepan qué inversiones hacer y qué servicios fomentar para atraer a estos nuevos pobladores. Para ello, el informe final se encuentra a disposición pública en la web de la Cátedra de Despoblación y Creatividad de la Universidad de Zaragoza y la Diputación de Zaragoza. "Lo que se pretende es que los ayuntamientos centren sus esfuerzos en la población dispuesta a ir a vivir a un pueblo. Si ahora un pueblo tiene una vivienda, tienen que saber cómo amoldarla para traer a un teletrabajador o, si hay que elegir entre poner un merendero o contratar a una monitoria de guardería, tengan claras sus prioridades. Que sean conscientes de dónde centrar sus esfuerzos para atraer y retener población", zanja el autor del estudio.