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DEMOGRAFÍA

Los pueblos aragoneses de menos de 1.000 habitantes siguen ganando población

Casi 2.300 personas se mudaron durante 2021 a algunas de estas localidades, confirmando así el cambio de tendencia positivo iniciado en 2018

L. BUENDÍA /
Durante el año 2021 se produjeron 56.080 altas y 68.220 bajas en los padrones municipales de habitantes de Aragón. / Pixabay
icono foto Durante el año 2021 se produjeron 56.080 altas y 68.220 bajas en los padrones municipales de habitantes de Aragón. / Pixabay

La estadística de variaciones residenciales del año 2021 en Aragón deja una buena noticia: los pueblos de menos de 1.000 habitantes siguen ganando moradores, lo que supone una consolidación del cambio de tendencia registrado desde 2018. En total, 2.294 personas se mudaron hasta alguna de estas localidades a lo largo del año pasado, según datos del Instituto Aragonés de Estadística (Iaest).

Mientras que, en 2011, la pérdida de población de los pueblos de menos de 1.000 habitantes era de 1.392 personas, en 2018, fueron 474 los nuevos moradores que se establecieron en alguno de ellos. El año siguiente, la cifra creció hasta los 487, alcanzando su mejor dato en 2020, con 4.107 pobladores, probablemente motivados por la pandemia. En cuanto al porcentaje de municipios aragoneses con variación residencial positiva, en 2021 fue del 60,1%, habiendo llegado hasta el 71,5% en 2020.

Fuente: Instituto Aragonés de Estadística (Iaest).

Durante el año 2021, según estos datos, se produjeron 56.080 altas y 68.220 bajas en los padrones municipales de habitantes de Aragón originadas por cambios de municipio de residencia, nacimientos, defunciones, inclusiones indebidas y bajas por caducidad. 

"Los datos, tanto por comarcas como por provincias, son positivos y, en estos dos últimos años, vienen compensando la pérdida de población de las ciudades, especialmente de la capital aragonesa", explica Javier Allué, comisionado del Gobierno de Aragón para la lucha contra la despoblación. Las estadísticas muestran que, por provincias, solo los números de Zaragoza fueron negativos: su saldo migratorio interior fue de -363 y el exterior de -14.743. Los datos demuestran que, en conjunto, los núcleos aragoneses atraen más población de la que se va, incluyendo los municipios de menos de 100 habitantes y entre los que tienen entre 500 y 1.000. 

En comparación con otras comunidades españolas -como Castilla y León o Galicia, con una dinámica de despoblación hasta ahora similar- y con la media nacional, Aragón lidera la recuperación de habitantes en sus municipios más pequeños, lo que implica que la capacidad de atracción de población es mayor. "Es bueno echar la mirada atrás para ver lo que vamos avanzando. Si cotejamos las cifras con las de regiones que, en principio, sufren y padecen lo mismo que Aragón, con desafíos demográficos comunes, nos damos cuenta de que sus datos son letales, sin pensar que los nuestros sean buenos, aunque ahora hay un tono de cierta vitalidad", señala Allué.

Para el comisionado del Gobierno de Aragón, este cambio de tendencia se debe, principalmente, "a las políticas de consolidación de servicios básicos y de mejora del empleo en el medio rural". Allué también resalta el "esfuerzo presupuestario y de gestión que se hace para mejorar la calidad de vida del medio rural" y recuerda que en Aragón hay 1.553 asentamientos habitados, lo que implica "1.553 retos". "Cinco comarcas turolenses que llevaban años perdiendo población, en su conjunto, han entrado en crecimiento poblacional. Son Albarracín, Matarraña, Maestrazgo, Bajo Martín y Gúdar Javalambre. Por otro lado, todas las comarcas oscenses también han tenido un incremento de pobladores", resalta.

"¿Hemos resuelto el problema? No. ¿Vamos dando pasos? Sí. ¿Si nos comparamos con años anteriores? Mejor. Y si nos comparamos con regiones que tienen desafíos demográficos, mucho mejor", resume Allué.

"¿Adaptación? Estoy encantado"

Para el enfermero zaragozano Juan Lorente, mudarse junto a su pareja hasta su casa familiar de Margudgued, perteneciente al municipio oscense de Boltaña, ha significado satisfacer un deseo que empezó a fraguarse durante la pandemia y que se materializó en octubre del año pasado. "¿Adaptación? Poca. Yo estoy encantado", explica Lorente, a quien su nueva localización le permite disfrutar de algunas de sus pasiones, como la montaña y la escalada. "Es verdad que la vida es diferente. El invierno es un poco más duro pero, conforme va pasando el tiempo y va habiendo más luz, la cosa es distinta", explica.

Con su mudanza, Lorente ha cambiado el centro de salud del barrio del Actur de la capital aragonesa por el de Broto. "En el pueblo no hay ni bar ni tienda. Comprar podemos hacerlo cerca de Boltaña, pero hay servicios para los que tenemos que desplazar hasta Sabiñánigo o Huesca, incluso", cuenta el joven de 28 años. "Desde que he venido habré bajado a Zaragoza tres o cuatro veces. A día de hoy no volvería, porque el cambio ha merecido la pena, pero tenemos la mente abierta", concluye.