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BALANCE

Un año con la vacuna: 2.300.000 dosis y el 90% de los aragoneses, inmunizados

Con la situación actual, más de 2.000 contagios al día, hace un año las UCIS hubieran estado ocupadas al 40%, pero gracias a la vacuna, no se alcanza el 20%

ARAGÓN NOTICIAS /
Vacuna contra la COVID-19. / Europa Press
icono foto Vacuna contra la COVID-19. / Europa Press

En Aragón se han puesto más de 2.300.000 vacunas contra la COVID-19 en el último año. Un esfuerzo titánico para el sistema de salud. Nadie imaginó la complejidad de una vacuna tan esperada como desconocida.

"Esto es casi como oro líquido", comentaba el 27 de diciembre de 2020 la enfermera que administró la primera dosis contra el coronavirus en Aragón. Emilia Nájera fue la primera aragonesa en ponerse la vacuna. Con 80 años recibió el pinchazo rodeada de sanitarios y medios de comunicación en la residencia de Zaragoza donde vive. Un año después, tiene las tres dosis puestas y se encuentra perfectamente: "Me he sentido protegida, sin miedo ninguno. No me ha supuesto ningún disgusto. Estoy muy bien, contenta y feliz de haber sido la primera vacunada", comenta Emilia.

La llegada de la vacuna contra la COVID a Aragón cumple un año en un momento extremadamente complicado y difícil de entender. La  séptima ola parece imparable. Los contagios se multiplican. La presión sanitaria desborda a los centros de salud, con filas interminables para hacer una PCR y los rastreadores no dan abasto.

Emilia Nájera recibe la primera dosis contra la COVI-19 / Europa Press

Los hospitales sufren la tensión y los médicos y enfermeras vuelven a estar agotados. A pesar de todo, podría ser peor. Con la situación actual, más de 2.000 contagios al día, hace un año las UCIS hubieran estado ocupadas al 40%, pero gracias a la vacuna, no se alcanza el 20%. 

"La vacuna se ha comportado de manera muy efectiva en la prevención de los casos graves y, por tanto, de las hospitalizaciones, de las UCIS y de la mortalidad. Yo creo que eso nos marca un antes y un después", explica Francisco Javier Falo, director general de Salud Pública. 

Una efectividad que, como se pudo comprobar con el paso de los meses, se iba perdiendo en la gente más mayor. "Lo que hemos aprendido es que en la gente más mayor la vacuna pierde efectividad en la transmisión, en la gravedad y en las defunciones", señala Falo.

Razón por la que en septiembre se decidió inyectar la tercera dosis de refuerzo a los mayores de 80 años. "Ha sido un gran avance. No hemos podido dejar de ser muy precavidos y de mantener todas las medidas de prevención, porque en la actualidad lo estamos viendo, la COVID sigue fuera, pero la vacuna nos permite afrontar esta realidad de una forma un poquito más optimista", comenta esperanzada Ana Cristina Serrano, directora de la Residencia Romareda en Zaragoza. 

También recibieron la tercera dosis los enfermos crónicos en riesgo. Es el caso de José Antonio Hernández, enfermo de fibrosis quística. Para personas como él, la vacuna les ha devuelto a la vida. "Problemas renales, hepáticos, pulmonares sobre todo, porque la fibrosis quística es una enfermedad que afecta al tema respiratorio. Para nosotros, el poder salir, relacionarnos...antes no salíamos de casa. Entonces, ha sido un balón de oxígeno", indica Hernández, presidente de la Asociación Aragonesa de Fibrosis Quística.

El  sistema informático del Salud Informa se colapsaba cada vez que se abrían las citas para un tramo de edad. La sociedad aragonesa había entendido que la vacuna era la herramienta más eficaz para luchar contra la COVID.

"El año de vacunación en Aragón ha sido, yo diría, intenso, muy satisfactorio, muy emotivo y yo creo que muy efectivo. Quizá sea un resumen de un año que deja atrás mucho trabajo y muchos profesionales implicados", aplaude el director general de Salud Pública. 

Un niño recibe la vacuna pediátrica / Europa Press

La vacuna entre los jóvenes aragoneses significó, para muchos, la ilusión de recuperar lo que les quitó la pandemia. "Me pusieron la vacuna de Janssen y me vacuné porque tengo muchas ganas de volver a la vida que tenía antes, salir con mis amigas sin aforos, sin tener en cuenta con quién quedo si después voy a ver a mi abuelo que tiene 92 años y básicamente por eso, porque tengo muchas ganas de volver a la vida de antes", indica Julia Olmedo, joven vacunada en verano.

"Me vacuné porque mi madre es enfermera. Ha vivido durante la pandemia lo que son las UCIS y lo que es vivir la COVID en primera línea. Me ha podido enseñar que tenemos que vacunarnos, tenemos que intentar proteger a nuestros mayores, a nosotros mismos para poder volver a la normalidad cuanto antes", señala también Celia Lapieza.

Claudia Aladrén tiene 10 años y es una de los 90.000 niños en Aragón llamados a inmunizarse con la dosis pediátrica de Pfizer. La vacunación de niños es un proceso delicado que requiere la preparación previa de cientos de viales cada día. 

En sólo 10 días, se han inmunizado o citado la mitad de los niños de la Comunidad. "La verdad es que sí que tenía muchas ganas de ponérmela, porque así estaría protegida contra el coronavirus", cuenta Claudia, quien señala que el momento del pinchazo ha ido "muy bien", porque "ha sido un pinchacito de nada que casi ni lo he notado, así que estoy muy contenta". 

Claudia Aladrén tras recibir la vacuna pediátrica. 

Miles de padres pidieron la cita en cuanto se abrieron las agendas. Uno de ellos fue el padre de Claudia, Nacho Aladrén: "Sí, estamos muy contentos porque es una cosa que estábamos esperando desde el verano. Muy bien que le hayan puesto la vacuna, porque así ellos están protegidos, protegen a sus compañeros y también a sus familiares", explica.

"Tanto los padres como los niños están respondiendo estupendamente. Están viniendo bastante, bastante concienciados. Y como ya empezamos con niñitos así un poco más pequeños, los amigos están diciendo que les ha ido muy bien en el cole y la verdad es que se están portando mucho mejor que algún adulto", remarca Carlos Ronda, enfermero y encargado de administrar la dosis pediátrica en un centro de salud aragonés. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacuna para los más pequeños es "segura y eficaz", algo que subraya la presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría, Teresa Cenarro. "El coronavirus no provoca síntomas, pero hay niños que se pueden complicar y acabar ingresados incluso en la UCI. La vacuna les va a proteger de esas posibles complicaciones".

En este momento, un 90% de los aragoneses están inmunizados. Una cifra muy alta si lo comparamos con algunos países europeos que no alcanzan el 60% de su población vacunada. Se han puesto más de 2.300.000 dosis en un sólo año. Algo imposible sin el compromiso y esfuerzo de los profesionales sanitarios

"Esas cifras, que ahora nosotros podemos hablar de 100.000, 110.000 vacunas a la semana nos pueden parecer incluso normales. Son una pasada. Suponen un trabajo enorme para el sistema", señala el director general de Salud Pública, quien remarca que "nadie se imaginaba esto. Hemos vacunado a todo el mundo con sus pautas de vacunación, normalmente dos dosis. Estamos empezando la tercera dosis. No sabemos dónde nos llevará, no sabemos el corte, ni si en el futuro hará falta una cuarta".

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