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NIEVE

Nacho López (CSIC): "Solo en la década de los 40 registramos una innivación tan escasa como esta temporada"

Pese a que las reservas de nieve están a un tertcio comparadas con la media habitual, aún pueden incrementarse en los próximos meses

ARAGÓN NOTICIAS /
Reserva de nieve en el Pirineo.
icono foto Reserva de nieve en el Pirineo.

Enero ha sido el mes más cálido desde que hay registros. Nacho López Moreno, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, ha destacado en el informativo Buenos Días Aragón que esta es una de las peores temporadas de nieve en la montaña de este siglo: "Solo en la década de los 40 registramos una innivación tan escasa". 

La escasez de nieve redunda en que haya poca cantidad acumulada. A día de hoy, está en 434 hectómetros cúbicos, cuando lo habitual en estas fechas serían 1.150; es decir, un tercio de lo que se consideraría normal. En el caso de los embalses, se ha registrado un incremento y están al 64%, ligeramente por debajo del 70% que sería la media en estas fechas, aunque aún se confía en que la primavera pueda ser generosa. La margen izquierda está dentro de la normalidad, pero hay subcuencas en alerta y emergencia, como la del Huerva o el Aguas Vivas. 

En el Pirineo hay dos grandes maneras de embalsar, con la construcción de las presas y la reserva de nieve, por lo que la nieve que se derrite en mayo y junio es clave para el suministro de agua. Aún se está en la fase media, por lo que todavía podría producirse un cambio de tendencia. 

"Los meses de marzo y abril tendrían que ser muy húmedos", explica Nacho López. La reserva de 400 hectómetros cúbicos, que es toda el agua que cabe en Yesa, es la nieve que hay en las montañas. Para que la situación mejore, tendría que subir a niveles de 2.000 hectómetros cúbicos, algo que sí ha sucedido en otras ocasiones. Es posible, "pero se parte de una situación deficitaria", advierte.

Los sistemas de medición se convierten en determinantes para hacer previsiones y para analizar la situación. Hay sistemas de balizas que permiten hacer una fotografía y aplicar modelos que resultan útiles para ajustar la gestión de los embalses, porque las mediciones permiten planificar también los recursos hídricos.  

Para actividades como el esquí de travesía, en las estaciones está siendo un año complicado. Así como para los recursos hídricos "aún hay esperanza de que pueda cambiar", dice el investigador del CSIC, "en el turismo de invierno ha sido un mal año". 

"Panorama desolador" a 2.425 metros

Desde el refugio de montaña de Cap de Llauset, a 2.425 metros sobre el nivel del mar, su guarda, Raúl Martínez, ha descrito la fotografía que ve desde su ventana. Este año, ha dicho, "es desalentador". No se puede recomendar el esquí de travesía por la escasez de la nieve y hasta ahora no han podido hacer ningún corte de nieve, cuando otros años realizaban dos cada semana. Para poder hacerlos necesitan medio metro de espesor que no se ha registrado en ningún momento de la temporada. Pese a todo, también confían en que aún pueda llegar la nieve en los próximos meses. 

Las consecuencias de la poca nieve son también ambientales. Como apunta Nacho López, "la nieve controla todo lo que sucede en la montaña", es un protector térmico del suelo porque contiene mucho aire y mantiene a cero grados la temperatura. Cuando hay más de 50 cm, la nieve es un sistema efectivo, pero si no hay nieve, las plantas se congelan y los animales están sometidos a temperaturas extremas, incluso despiertan especies que hibernan. Este año, "se ve en la montaña marmotas, que es algo muy negativo porque rompen su ciclo", añade López. Tanto la fauna como la vegetación se ven muy afectadas por este tipo de procesos

El presidente de Riegos del Alto Aragón, José Antonio Pradas, confía también en un cambio de tendencia y que se incremente la reserva de nieve para garantizar el rellenado de los embalses. Asegura que ven con preocupación esta carencia. Falta un mes para comenzar la campaña de riegos, pero aún es pronto para saber si se aplican restricciones. 

El retroceso de los glaciares evidencia el cambio climático en la montaña

Nacho López ha incidido en que la nieve es un elemento muy variable de un año para otro, y que, aunque "vivimos en un marco de calentamiento térmico", aún quedan años de mucha nieve en el Pirineo.

Desde el CSIC alertan también sobre el retroceso de los glaciares, que son los "acumuladores perfectos del clima que va sucediendo en el tiempo". El clima del Pirineo ha cambiado tanto que ya no tiene capacidad para albergar glaciares, y desaparecen mucho más rápido de lo que se pensaba. Si hace unos años las previsiones apuntaban a su supervivencia durante unos 40 años, ahora ese tiempo se reduce a 10, un claro indicador de que el clima de la montaña está cambiando