Publicidad
CAMBIO CLIMÁTICO

El 20% de la masa helada de los glaciares pirenaicos ha desaparecido en los últimos diez años

La pregunta que se hacen los expertos no es cómo detener la desaparición de los glaciares en el Pirineo sino cuándo sucederá

ARAGÓN NOTICIAS /
Imagen del glaciar del Monte Perdido. / Instituto Pirenaico de Ecología
icono foto Imagen del glaciar del Monte Perdido. / Instituto Pirenaico de Ecología

Todos los estudios lo confirman. Los glaciares del Pirineo están abocados a su desaparición. No es una visión catastrofista sino una afirmación empírica de los investigadores, que en cada tesis realizada señalan que el tiempo se agota. Una de las últimas extracciones de los testigos del hielo que se emplean para estudiar el glaciar del Monte Perdido avala estas conclusiones. Las impurezas de polvo y minerales revelan que el glaciar se mueve más rápido y, por tanto, acelera el camino de la nieve y el hielo a menos altura y a posiciones más cálidas, lo que incrementa el aumento de la temperatura y su derretimiento.

Una reciente investigación publicada en la revista científica 'Annals of Glaciology' revela que las impurezas presentes en el hielo del glaciar de Monte Perdido están remodelando su microestructura, modificando su dinámica y acelerando potencialmente su degradación. Así lo confirma su autor, el investigador vasco Nicolás González Santacruz, del BC3 (Basque Centre for Climate Change). "El objetivo de ese estudio era intentar conocer cómo las partículas del hielo glaciar afectan al movimiento y la conservación del mismo", señala.

Partículas que llegan hasta el Pirineo procedentes del Sáhara, de los incendios forestales, de erupciones volcánicas y de la actividad industrial de los núcleos urbanos más cercanos. "Tras analizar todo ese material con el microscopio descubrimos que los granos de hielo que estaban en contacto con ese polvo mineral eran más pequeños e irregulares que en otras zonas en las que no existían esas impurezas", explica González. El investigador recuerda que el glaciar del Monte Perdido se encuentra en una "fuerte pendiente y eso produce que el hielo se mueva con más velocidad". Una situación que provoca una "transferencia de hielo desde las zonas más altas a zonas más bajas donde predominan temperaturas más altas y, por tanto, se aumenta el derretimiento", asegura.

Cuánto puede tardar en desaparecer el glaciar

La conclusión final de su estudio la resume en que las "impurezas podrían acelerar ese movimiento del glaciar". Ahora la pregunta ya no es si desaparecerá el glaciar sino "cuándo ocurrirá": "El estado del glaciar es crítico porque la cantidad de hielo y nieve que gana durante los meses fríos es mucho menor de la que pierde en los meses más cálidos". Además, hay que sumar que el calentamiento global señala que en las zonas de montaña se está produciendo de una manera más intensa que en otros lugares. 

González Santacruz afirma también que "en los próximos 50 años el glaciar podría desaparecer por completo". "La posición y altura de los Pirineos hacen que actúen como una barrera natural para atraer ese polvo mineral. Todo eso hace que los glaciares absorban más radiación solar, se calienten y aumenten su derretimiento", afirma. Conclusión compartida también por los científicos del Instituto Pirenaico de Ecología. "Los glaciares han vivido dos años muy malos porque las temperaturas han sido muy elevadas y la cantidad de nieve en invierno ha sido muy baja. Son los dos ingredientes que más afectan. Su evolución ha sido muy mala", señala Jesús Revuelto.

Otro de los investigadores del mismo centro, Nacho López, explica que la situación que vive el glaciar de Monte Perdido se puede extrapolar al resto de glaciares del Pirineo: "Además del polvo sahariano, la vertiente sur del Pirineo recibe también el hollín de la quema de rastrojos de la zona y eso acelera también la fusión. Esto provoca que las cubiertas de los glaciares, en lugar de hielo, se llena de piedras y rocas que el propio glaciar no puede expulsar porque apenas tienen movimiento".

Todo estos ejemplos se pueden observar en el glaciar de Infiernos en Panticosa, en el del Posets o en el Aneto, donde "casi un 40% del glaciar es ya de piedras y no se ve el hielo". Es decir, cubierto de rocas o detritos, que es la palabra empleada por los científicos para definir los residuos e impurezas depositadas en los glaciares. López advierte de las impurezas, pero pone el acento en el incremento de la temperatura como el principal enemigo de los glaciares: "Sobre todo en los últimos 40 años".

Los glaciares ya no acumulan hielo y su "zona de equilibrio, entre la acumulación y la fusión del mismo, ya no existe", advierte el científico. Eso facilitará que en la próxima década vayan desapareciendo la mayoría de los glaciares del Pirineo. Hace apenas tres años se contabilizaban 23 y a fecha de hoy apenas quedan 14. Un número que podría seguir descendiendo cuando termine la primavera y los científicos examinen cómo han pasado el invierno las grandes masas de hielo que se derriten en nuestra cordillera.