La nieve caída en las últimas semanas garantiza la reserva hídrica para los próximos meses
El manto blanco ha llegado con más retraso del habitual y alcanza espesores que baten el récord de los últimos cinco años
El panorama del Pirineo aragonés ha cambiado radicalmente en pocas semanas y, aunque con retraso, las copiosas nevadas caídas desde finales de febrero permiten disponer de espesores de nieve que, al menos de momento, garantizan una buena reserva hídrica de cara a los próximos meses.
Aunque la nieve ha llegado de forma tardía -de hecho, la que está cayendo ahora es más propia de principios de febrero-, el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Aragón, Rafael Requena, apunta a que se van a batir los récords de los últimos cinco años, "no sólo de nieve, sino de reserva hídrica".
Este almacenamiento supone hectómetros cúbicos de agua acumulada en los Pirineos y resulta "fundamental para el verano", ha añadido. Y el mayor o menor alivio que suponga para el abastecimiento en verano dependerá de las temperaturas. Jesús Revuelto, científico investigador en el Instituto Pirenaico de Ecología, ha subrayado que el mejor escenario sería "no tener un incremento repentino acusado de la temperatura". Eso haría que la nieve se fundiera y, en poco tiempo, estaría en los pantanos. "Lo deseable sería que las temperaturas se mantuvieran relativamente suaves", ha destacado.
De momento, todo apunta a que seguirá nevando durante todo el fine de semana, ya que Pirineo está en nivel naranja por nevadas y en estas dos jorndas podrían sumarse otros 50 centímetros a su manto blanco, cada vez más espeso.
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