Publicidad
SEQUÍA

Los pantanos de la cuenca del Ebro cierran julio con el nivel de agua más bajo de los últimos años

Los pantanos se encuentran al 48,5% de su capacidad: casi nueve puntos menos que hace un año y 20 menos que la media de los últimos cinco años, cuando rondaban el 70%

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Imagen del pantano de Arguis (Huesca).

Los embalses de la cuenca del Ebro cierran este mes de julio con el nivel de agua más bajo de los últimos años. En la actualidad, los pantanos se encuentran al 48,5% de su capacidad: casi nueve puntos menos que hace un año y 20 menos que la media de los últimos cinco años, cuando rondaba el 70%.

La situación de escasez actual hace imprescindible controlar el agua para cubrir las necesidades de riesgo y abastecer a todos los usuarios. Entre los factores que pueden hacer variar ese cálculo destaca la acumulación de piedras o sedimentos en el fondo de los embalses por el paso del tiempo, errores de estimación o la falta de mantenimiento, que puede provocar fugas o un mal funcionamiento de las compuertas. 

En el pantano de Arguis, en Huesca, se calcula que puede haber hasta siete metros de lodos. Para solucionarlo se realizan limpiezas de forma anual: cuando está lleno se abren las compuertas de fondo, de forma que la fuerza del agua arrastra la suciedad. Estas labores son importantes porque se podrían llegar a bloquear los canales de distribución o incluso inutilizar la presa por completo. 

Bajo el agua del pantano de Arguis existe una orografía previa. No es llano, existen montículos y cabezos a los que se suma una capa de lodos y piedras. Es un fenómeno que se conoce como colmatación y, en caso de no dar salida a esos materiales, podrían llegar a taponar las salidas de agua. 

Es el caso de la presa romana de Almonacid de la Cuba, en Zaragoza. Aguas abajo aún se aprecia esta espectacular obra de ingeniería. Al otro lado del muro, 2.000 años después, ya no queda ni rastro del vaso que albergó el pantano. "De los 34 metros que tiene la presa de Almonacid de la Cuba, la presa más alta del Imperio Romano, podemos ver que solo queda por colmatar metro y medio. Estamos encima de 32 metros y medio de lodos, de limos o de arenas", afirma el alcalde del municipio, Enrique Martínez. 

Controlar todos los parámetros de seguridad y revisar el funcionamiento de las bombas constantemente también es básico. En este embalse de Laverné, el más reciente del sistema Bardenas, un equipo de la comunidad de regantes se encarga de que no se pierda ni una gota. "Este tipo de instalaciones, que ya tienen una complejidad importante, tienen un mantenimiento a nivel humano y a nivel de recursos", señala el técnico de la Comunidad General de Regantes de la Comunidad de Bardenas, Francisco Sagasté. Tener todos los factores bajo control garantizará un perfecto reparto del agua entre todos los usuarios.