La sequía hace emerger parte del patrimonio que se esconde bajo las aguas de embalses y pantanos

La situación en los embalses aragoneses se sigue complicando, y es prácticamente extrema, como consecuencia de la falta de lluvias acumuladas durante los últimos meses. El volumen de agua almacenada está al 35% de la capacidad total, y esta última semana apenas se ha ganado un 0,1%, pese a que sí ha llovido. El año pasado por estas mismas fechas las reservas estaban al 50%. El nivel tan bajo de los pantanos ha hecho emerger una parte del patrimonio que habitualmente permanece escondido bajo las aguas, y que está atrayendo a muchos turistas. 

Según ha detallado José Ramón Laplana, alcalde de La Fueva, este martes en Despierta Aragón de Aragón Radio, desde finales de junio se puede ver la antigua torre de la iglesia en el embalse de Mediano. "Hace veintitantos años que no pasaba. Este año es el más duro de todos, porque es el que menos agua ha habido, está muy bajo". Asimismo, Laplana ha señalado que actualmente mucha gente acude a visitar la torre, y que es partidario de delimitar el acceso porque hay gente que acude a "hacer gamberradas o quitar losas". 

El embalse de Yesa vive una situación todavía más dramática, ya que está por debajo del 12% de su capacidad, lo que ha hecho que emerjan las ruinas de los baños romanos de Tiermas. Esto también ha provocado que muchos turistas acudan hasta allí. "Tenemos poca agua, muy poquita. Las termas no suelen estar tanto tiempo como este año a la vista, suelen estar cada año unas tres semanas y ahora estarán casi dos o tres meses. A mitad de octubre suelen dejar de verse, pero sigue sin llover por aquí, y aún se pueden ver", ha manifestado Eduardo Abadía, alcalde de Sigües. También ha resaltado que todos los días "está lleno de coches" de gente que acude a visitar las ruinas, y que superan el centenar.

Por su parte, el alcalde de Aínsa, Enrique Pueyo, se ha referido a las pintadas vandálicas que aparecieron hace unos días en la iglesia de Plampacios, en el embalse de Mediano. "Dejaron toda la piedra manchada, y por suerte ya está todo finiquitado, y en curso de que pueda ser visitable otra vez". A su vez, ha indicado que se trata de un edificio singular: "Es el único que queda del pueblo de Plampalacios cuando se inundó el pantano de Mediano. Es un signo de esa época, y es un lugar espectacular, que se inunda en parte cuando sube el nivel de las aguas, y cuando baja se puede visitar".

Pueyo ha calificado de "crítica" la situación por la sequía. "Aunque las últimas lluvias han suavizado un poco este contexto, y tenemos un poco más de agua, no augura nada bueno el hecho de que no haya nieve en las montañas y llueva tan poco en esta época de otoño", ha lamentado.