Morir en Aragón ronda los 3.300 euros, aunque la mitad de los fallecidos cuenta con un seguro de decesos

Dar el último adiós a un familiar supone contratar velatorio, ataúd, entierro, adornos florales, coche fúnebre o esquelas, entre otros servicios. Una suma que, de media, asciende a los 3.739 euros de media a nivel nacional y unos 3.300 en Aragón, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios. Además, en la Comunidad, la mitad de los fallecidos ya contaban con un seguro de decesos, lo que facilita a la familia todas las gestiones. Zaragoza cuenta actualmente con 22 funerarias y unos 8.000 fallecidos al año, aunque en lo que llevamos de 2022 esta cifra ya se sitúa en 10.000.

José Luis Montañés, director de desarrollo de negocio de Anagan Correduría de Seguros, asegura que el seguro de decesos es el más contratado en la Comunidad, pero es menor que a nivel nacional. Algo que cuesta, sobre todo entre los jóvenes. "Si vienen de tradición familiar, lo contratan, pero les cuesta mucho más", explica Montañés. Y añade: "Son ciencia matemática, como la gente joven fallece menos, esos seguros cuestan menos".

Los seguros de decesos incluyen desde el tanatorio hasta el coche fúnebre o las flores. Este responsable de Anagan destaca, especialmente, los servicios adicionales que aporta. "Es una problemática que le quita a la familia, todo el papeleo y todas las gestiones posteriores a esa persona, como el certificado de defunción, de últimas voluntades, el borrado de la huella digital. La aseguradora se encarga de que desaparezcan todos los datos de la persona fallecida, por ejemplo, las cuentas de redes sociales o de correo electrónico".

Por su parte, Fernando Sánchez, portavoz del grupo Mémora, una funeraria aragonesa, admite que morirse tiene un coste de unos 3.500 euros en España, cifra que en la Comunidad es algo inferior, ya que ronda los 3.320 euros. Entre los servicios más caros se encuentran los féretros. "Cuestan unos 1.200 euros. Históricamente, en las funerarias, cargaban dentro del féretro toda una serie de servicios y nunca se han atrevido a sacarlos del precio del ataúd. Por ejemplo, la mano de obra de los profesionales que trabajan detrás", apunta. Además, Sánchez reconoce que las crisis no suelen afectar a un gasto como este y que "el 50% de los servicios que reciben en Aragón están ya asegurados".

Sin embargo, las funerarias sí han notado significativamente el incremento de costes de la energía y la mano de obra, que han llegado a cuadruplicarse. "Nos veremos obligados a trasladar estos incrementos a los clientes finales. Este año hemos asumido esos sobrecostes esperando que fuera algo temporal, pero siguen creciendo", señala el portavoz de Mémora.

Por otro lado, en términos nacionales, un 45% de los fallecidos o sus familiares deciden optar por la incineración, mientras que un 55% lo hace por la inhumación, aunque en Aragón esos datos se están igualando.