El sector turístico espera que el 2022 sea el año de la recuperación, tras un verano de récord

En Aragón, hay más de 9.000 establecimientos turísticos, que mueven casi 1.810 millones de euros. Un sector que espera una recuperación en este año recién comenzado de menos a más, principalmente si mejora la situación sanitaria con la variante ómicron y mejora también la economía global. Desean repetir las cifras del verano de 2021, que fue récord en Aragón, al recibir más de un millón de visitantes, lo que supone un 1% más que en 2019.

Pero en el conjunto del año, hasta el mes de noviembre, 2.376.000 viajeros se alojaron en alguno de lo establecimientos turísticos de la Comunidad, lo que generó algo más de 4.488.000 pernoctaciones, según las cifras del último Boletín de Coyuntura Turística del Gobierno de Aragón. Y a las puertas de la inauguración de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, FITUR, en la que Aragón vuelve a participar, lo que ahora espera el sector es que este año sea el de recuperación tras la pandemia, tras un 2021 complejo.

Las agencias de viaje son un buen ejemplo, porque han sufrido cancelaciones, aunque gracias a los bonos turísticos y a la mejoría de la situación sanitaria han podido sortear un año difícil. "Somos el sector más afectado, por encima de la hostelería. Somos el primer eslabón de la cadena de los viajes", indica Jorge Moncada, presidente de agencias de viajes de Aragón, y añade: "Este año 2021 se ha facturado entre un 30 y un 40% de lo que hicimos en 2019".

Las actividades de invierno están entre las más damnificadas por las restricciones de movilidad. Un inicio de año en blanco que contrasta con el turismo de naturaleza en verano, que ha igualado las cifras de antes de la pandemia. "Cumplimos todo lo que la gente está demandando: aire libre, grupos pequeños, zonas no masificadas. Fuimos la escapatoria ideal al confinamiento", explica Chus Montañés, secretaria de la Asociación Aragonesa de Empresas de Turismo Deportivo.

Y también el turismo rural ha vivido una situación similar, ya que se han podido abrir nuevos alojamientos, adaptándose a las exigencias de los clientes. Cierto es que algunas casas rurales, a su vez, tuvieron que cerrar al no cumplir los requisitos de establecimiento seguro. Jesús Marco, presidente de la Asociación Aragonesa de Turismo Rural, Faratur asegura que la principal dificultad que han tenido, en este sentido, ha sido el de los grupos burbuja. "Hemos tenido el problema casi todo el año del límite de personas no convivientes, con burbujas de diez. Y casas de 16 o 17 plazas podrían haber estado completas, pero no han podido", explica.

Con esta perspectiva, el turismo en Aragón se enfrenta a 2022 con incertidumbre, pero también con optimismo.