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COVID-19

El ocio nocturno solicitará medidas cautelarísimas para suspender las restricciones

La vuelta a las limitaciones de aforo y horario cae como un jarro de agua fría en los sectores afectados, que se asoman nuevamente a la pérdida de negocio

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Clientes a la entrada de un local de ocio nocturno en Zaragoza.

El ocio nocturno solicitará nuevamente al TSJA medidas cautelarísimas  para tratar de paralizar la entrada en vigor de las restricciones de aforos y horario anunciadas este lunes por el Gobierno de Aragón con el fin de atajar la notable subida de contagios COVID-19 de las últimas semanas.  

Junto a la hostelería, ambos sectores se sienten nuevamente paganos de la pandemia porque se ven abocados a graves pérdidas económicas por la reducción de clientes. Reiteran que ellos no son los culpables del aumento de los contagios, y que la limitación de los horarios en estos días de celebraciones provocará que la gente haga fiestas en locales privados y domicilios y se reúna en la propia calle. De hecho, aseguran que ya vienen notando un descenso en el número de clientes ante la alarma que se ha instalado en la sociedad. 

Un perjuicio que, en el caso de los locales que tenían previsto organizar cotillones de Nochevieja, les puede llevar a perder más de 100.000 euros, según estiman fuentes del colectivo de empresarios. A la acumulación de un género que ya tenían comprometido se une la cuestión de qué va a ocurrir con el dinero de las entradas ya vendidas. 

Porque, de cerrar a las seis de la mañana como tenían previsto inicialmente, ahora se verán obligados a bajar la persiana a las dos de la madrugada, lo que, además de la propia situación de transmisión comunitaria del virus, pude retraer a muchos clientes.

Cotillones: cómo valorar el servicio que no se preste

Desde la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), su secretario general, Ángel Oliván, advierte de que los negocios que decidan cancelar los cotillones están obligados a la devolución del importe de las entradas. Las dudas y quizá también la polémica pueden llegar en aquellos casos en los que los locales sigan adelante con la fiesta pero de manera parcial. ¿Cómo se valora eso?

"Lo no prestado te lo tienen que devolver, pero qué es lo que no te han prestado y cuánto cuesta, qué parte de lo pagado es lo que no te han prestado", ha apuntado Oliván. 

La situación lleva incluso a algunos propietarios a adoptar la decisión de no abrir, como es el caso de la Sala Edén, en Huesca. Su dueña, Mari Cruz Cedrún, se pregunta para qué van a abrir una hora y media en Nochevieja.  "Esto ha sido un mazazo muy gordo. Para qué vamos a abrir una hora y media si no sale a cuenta", lamenta. Catorce trabajadores se quedarán sin ese ingreso especial con el que ya contaban. 

Los propietarios de los locales han mostrado sus quejas por la decisión del Ejecutivo autonómico. Con en el caso de Ana Basile, gerente del Bar Gregory, en Teruel, para quien el limitado espacio interior con el que cuenta su establecimiento resulta fundamental. "En invierno con lo que contamos es con el interior. Y yo el interior lo tengo pequeño. Y si nos va a quitar la mitad, pues imagínate las pérdidas que vamos a tener", ha lamentado. Por eso, considera que el perjuicio "es grande" porque, según asegura, "la mitad de la clientela se queda en la barra". 

Menos espacio y menos tiempo para atender a unos clientes de horario coincidente: "Tenemos que concentrarlo todo en una hora y media, todo el mundo quiere cenar de 21:00 a 22:30 horas y es un mal servicio, genera mucho estrés. Así no hay manera de hacer un servicio en condiciones", comenta  Fernando Solanilla, Propietario Clandestina. 

Desde el Restaurante el Morrete, su propietario, Javier  Radar, ha estimado que puede sufrir unas pérdidas de entre el 40% y el 50% de su caja. "Estamos ocho personas en plantilla y me restringen el horario. A ver qué hago", se ha planteado. 

A las pérdidas se une la perspectiva de tener que volver al fastidio del papeleo y los gastos sobrevenidos. "Hemos reincorporado a nuestros trabajadores, tener que abrir otra vez un ERTE significa otra vez papeles, gestoría, gastos", se queja Pablo Mata, propietario del Palmaria Café. 

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