La importancia de conciliar el sueño cuando se disparan los termómetros
La neuróloga y coordinadora del Grupo de Estudio del Sueño de la Sociedad Española de Neurología, Ana Fernández, explica por qué se produce este problema y qué se puede hacer para evitar el insomnio en verano
Cualquier persona habrá podido comprobar en algún momento de su vida que las altas temperaturas y el sueño no son buenos compañeros de cama. "Cuando hace mucho calor, tenemos un peor control de la temperatura. En las noches tropicales, es más difícil conciliar el sueño y los despertares son más frecuentes, porque nos sentimos más incómodos y con más molestias corporales", explicaba Ana Fernández, neuróloga y coordinadora del Grupo de Estudio del Sueño de la Sociedad Española de Neurología, en los micrófonos del programa Despierta Aragón, de Aragón Radio.
Para solucionar este problema, que afecta de manera generalizada, frente al uso del aire acondicionado, la experta recomienda incrementar unos buenos hábitos de sueño: "Hidratarnos mucho durante el día, ducharnos con agua tibia e, incluso, remojarnos la cara durante los despertares. Las ventanas abiertas y los ventiladores de techo también son buenos aliados".
Además del calor, los cambios de hábitos asociados al verano, como siestas más prolongadas, más interacciones sociales y un mayor número de horas de luz, favorecen el insomnio. Por eso, lo ideal para Fernández es ir bajando el ritmo progresivamente a lo largo del día para prepararse para dormir: "Hay que tener en cuenta que el sueño es un pilar fundamental de la salud. Debemos mantener un horario regular, intentar cenar temprano y no estar expuesto a la luz, como la de los dispositivos, en las horas previas".
Sobre cómo puede llegar a afectar la falta de sueño, la experta indica: "A corto plazo provoca un peor humor, alteración del control de los impulsos, y un peor rendimiento laboral o académico. A nivel crónico, genera un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y peor envejecimiento cerebral, así como trastornos del ánimo, como la ansiedad y depresión".
Uso de medicación
"España está a la cabeza del consumo de benzodiacepinas", cuenta la doctora, quien señala como motivos de esta realidad una alta prescripción y mucha automedicación. "También está extendido el uso de melatonina, que es una hormona exógena que no es conveniente que las personas tomen sin prescripción".
Por eso, Fernández alerta: "Con la medicación, no se está atajando el problema y estos fármacos pueden producir dependencia".
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