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SEXUALIDAD

Viagra entre los jóvenes: de cumplir con las expectativas del porno a paliar los efectos del alcohol

El consumo de estimulantes en ambientes festivos se está extendiendo entre los menores de 28 años. Los expertos alertan de sus riesgos y de la pérdida de eficacia en determinadas circunstancias

TERESA P. ALBERO /
Aumenta el número de jóvenes que toman viagra para paliar los efectos que el consumo de alcohol tiene en las erecciones. / Canva
icono foto Aumenta el número de jóvenes que toman viagra para paliar los efectos que el consumo de alcohol tiene en las erecciones. / Canva

Salir de fiesta e ingerir grandes cantidades de alcohol dificulta que el hombre tenga una erección. De hecho, el 70% de los hombres de entre 26 y 35 años con problemas de erección consume alcohol. Una situación que se da entre los jóvenes y que está popularizando la ingesta de Viagra para paliar los efectos de la bebida. Este medicamento, que cumple ahora 25 años, se inventó como respuesta a los problemas de disfunción entre los hombres y ha supuesto un antes y un después en la medicina. Ahora, se está popularizando entre los jóvenes, pero con una finalidad distinta a la original.

Detrás de ese consumo se esconden problemas psicosociales como la inseguridad, la presión social por "cumplir" en una relación sexual y estar "a la altura" de las expectativas que la pornografía ha popularizado entre la población más joven.

Los expertos alertan de las consecuencias de tomar medicamentos como la Viagra sin control médico. "Puede ser peligroso. Su efecto colateral pone en riesgo la salud, por no hablar de que el alcohol siempre va a vencer a la sustancia", asegura Santiago Frago, codirector del Instituto Amaltea de Sexología. 

El porno como referente en las relaciones sexuales hace que para muchos jóvenes los estándares que se crean sean inalcanzables y que eso genere inseguridad. Una falta de confianza que tratan de aplacar con el consumo de Viagra, que lejos de ser una solución, es solo un parche frente a un problema psicológico. 

A eso se suma el que en muchas ocasiones se compran sustancias con efectos similares al del fármaco, pero con componentes peligrosos. La Organización Mundial de la Salud ya ha alertado sobre esa práctica y estima que el 50% de los medicamentos que se venden online son falsos.

La causa más común de las consultas que atiende Frago son los problemas de erección. Las edades son variadas, aunque llama la atención el número de menores de 30 años que acuden a ellas. De hecho, la OMS estima que el 25% de los casos de disfunción eréctil se dan entre menores de 45 años. Además, alerta del aumento de jóvenes con este problema, ya que en la última década ha aumentado un 15% el número de menores de 28 años con problemas sexuales.

El problema: estándares irreales

"En los adultos hay problemas de salud, como enfermedades o efectos secundarios de algunos tratamientos, como los antidepresivos. En el caso de los jóvenes suele estar relacionado con la psicología. Tienen unos estándares sexuales irreales, que generan problemas de confianza y que hacen que se sientan vulnerables. Algunos llegan a optar por evitar los encuentros íntimos", comenta el experto.

En algunos casos, los psicólogos y sexólogos abogan por el uso de medicamentos, siempre en un ambiente controlado. "Se pauta el medicamento para que el hombre recupere poco a poco la confianza y luego se retira cuando ya no es necesario", indica Frago. 

El cambio en la forma en que se dan las relaciones íntimas también juega un papel importante en los problemas de erección y en el aumento del consumo de determinadas sustancias entre la población. "La intimidad se da con mucha menos preparación y conocimiento de la otra persona que antes. Muchas veces vemos como en el mismo día se conoce a alguien y se mantienen relaciones", subraya. 

"En el caso de las parejas más estables se nota que la confianza ayuda en estos casos. La comunicación es más fluida y eso beneficia que las relaciones sexuales sean más satisfactorias", añade Estefanía Sáez, responsable del Área Educativa de Amaltea. 

En su consulta y en sus charlas en centros educativos, constata cómo los problemas de erección afectan a ambas partes. "En el caso de las relaciones heterosexuales, ellas tienden a culparse por las erecciones fallidas. Se preguntan si no son atractivas, si no son deseadas, etc. Son estereotipos y roles que se mantienen y que nada tienen que ver", explica. 

En el caso de la mujer, las relaciones no satisfactorias suelen estar relacionadas con el desconocimiento corporal y anatómico de sí mismas, y con la responsabilidad que se ha impuesto durante generaciones de hacer que el hombre sea consciente de su satisfacción: "Muchas chicas jóvenes justifican fingir los orgasmos frente a su pareja para no herirle, cuando lo que se debe hacer es dialogar y expresar los deseos de unos y otros".