Miguel Ángel Saz, geógrafo: "Las sequías van a ser más intensas y recurrentes"

Temperaturas veraniegas en abril, lluvias torrenciales o inundaciones. Los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático y esto hace imprescindible adaptar las ciudades y el campo para mitigar sus efectos en la salud de las personas. Miguel Ángel Saz, geógrafo en la Universidad de Zaragoza, ha advertido que fenómenos como el de la sequía, que afecta en la actualidad, serán cada vez más frecuentes.

"Las sequías van a ser más intensas y recurrentes. Aunque en nuestro clima es habitual que sucedan periodos de sequía, es fundamental que mejoremos la gestión de estas situaciones y que nos adaptemos a ellas. El problema es que muchas veces, cuando estamos inmersos en la situación de sequía, es cuando se adoptan medidas de emergencia que tienen un elevado coste económico y que ni siquiera entonces son eficaces", ha explicado este lunes en el programa Buenos Días, de Aragón TV.

El profesor universitario ha explicado que las ciudades constituyen una "problemática especial" en el cambio climático. "La mayor parte de la población vive en entornos urbanos. Es una tendencia que irá a más en los próximos años y décadas. Las ciudades generan un fenómeno que es la llamada isla de calor, en la que se viven temperaturas más altas que en zonas periféricas de la ciudad", ha añadido el geógrafo. En el caso de Zaragoza, la temperatura media el año pasado aumentó 1,6 grados respecto a las zonas no urbanizadas.

La planificación urbana, fundamental para mitigar los efectos del calor

Ante estas situaciones, la planificación urbana es un aspecto fundamental para mitigar estos efectos. "Hay que tener en cuenta cómo se comporta un edificio desde el punto de vista de la radiación solar, desde el paisajismo, el arbolado urbano de la ciudad para mejorar su capacidad térmica...", ha señalado.

El geógrafo también se ha referido al pasado verano, que fue "especialmente duro" debido a las altas temperaturas y a las olas de calor sufridas en todo el territorio. "El verano cada vez tiene más semanas. Por ejemplo, en Zaragoza contabilizamos 92 noches veraniegas, de las que 67 fueron tropicales, es decir, que la temperatura no bajaba de los 20 grados. Además, más de 20 noches se consideraron como tórridas o tropicales. Algo que sucede cuando el umbral térmico supera los 25 grados por la noche", ha indicado Saz.