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INMIGRACIÓN

Migrantes: más allá de los números y la imagen de la patera

Desde mediados de octubre han llegado a Aragón 435 personas desde Canarias. Hamala Traore, maliense de 24 años, llegó a Zaragoza en 2021 y representa la historia de superación de muchos compatriotas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Hamala Traore.

Desde mediados del mes de octubre, 435 personas han llegado a Aragón desde Canarias. Provienen de la última crisis migratoria que vive la isla. Las cifras dan cuenta de la magnitud del suceso, pero detrás de cada número hay un rostro y una historia de miedo y búsqueda de una vida mejor

Uno de los nombres que ponen voz a esta parte de la realidad que se olvida en segundos es el de Hamala Traore. Es natural de Malí y tiene 24 años. Habla cinco idiomas y entre sus pasiones destaca la de estudiar. El español lo aprendió en tan solo un año en el centro de las Hermanas de la Caridad en Zaragoza. Allí llegó en 2021 tras ser reconocido como refugiado, tras huir del terrorismo de su país

El viaje hasta España lo hizo, como tantos otros, a bordo de una patera, junto a otras 50 personas: "Sufrieron mucho. No tenían agua para beber ni comida". 

Hamala Traore (izq) junto a otros migrantes en el centro de las Hermanas de la Caridad en Zaragoza.

Viajó a cambio de 300 euros, ocultándoselo a su familia para ahorrarles el miedo, porque no sabía si iba a conseguirlo. Lo hizo, y gracias a la ayuda que ha recibido vive de alquiler en Zaragoza, tiene un trabajo y, sobre todo, una vida mejor. Por eso, para él, ellos no son números. "Cada vez que veo la gente que está llegando, pienso que están pasando una cosa en su tierra, que es una cosa muy mala", apunta Traore. 

El ruido que genera el odio y el racismo hace que se sobredimensione muchas veces esta realidad, que no es ajena a la historia de miles de españoles que hicieron lo propio en el pasado. 

"Solamente piensan en la situación que están. Para mí el pensamiento tiene que ir más lejos. Tienes que pensar que hoy estás muy feliz, muy contento... mañana puedes estar triste, llorando", reflexiona el maliense, haciendo un llamamiento a la humanidad y la empatía.