Los municipios afectados por la crecida del Ebro comienzan a valorar los daños
El agua ha anegado campos, instalaciones ganaderas o infraestructuras. Los agricultores piden actuar en las motas dañadas antes el temor a nuevas crecidas con el deshielo
La ribera del Ebro se recupera poco a poco después de la crecida del río de los últimos días. Todavía quedan zonas anegadas, pero ya comienza la valoración de daños por parte de los municipios afectados en los campos agrícolas, instalaciones ganaderas e infraestructuras. Los agricultores piden reparar de inmediato las motas dañadas ante el temor a nuevas crecidas con el deshielo.
Los 2.000 metros cúbicos por segundo que alcanzó el Ebro a su paso por Novillas se llevó por delante tres motas, una de las cuales se había construido hace a penas cuatro meses. Las consecuencias también se notan en el campo, con 400 hectáreas anegadas, y muchas que continúan inundadas. El miedo de los agricultores ahora es que el cereal y la alfalfa se pudran al estar tantos días bajo el agua.
En esta localidad zaragozana el Ebro alcanza este martes casi los siete metros de altura, dos metros menos de lo que llegó a alcanzar el pasado jueves. El caudal sigue bajando y la tendencia sigue siendo descendente, aunque el río alcanza el doble de altura de lo que suele ser habitual.
"El caudal ha ido bajando muy poco a poco, le ha costado. Hay zonas que todavía están embalsadas, también el campo de fútbol, y eso no es bueno para los cultivos, pero entiendo que Yesa está desembalsando en previsión de que pueda haber nuevas avenidas en el futuro", explica Abel Vera, alcalde de Novillas.
Aguas abajo se repite la misma situación, como en Pradilla, donde el nivel del río ha descendido, pero está medio metro más alto que el domingo.
El Ebro a su paso por Pradilla de Ebro este martes.
Mientras, en la Ribera Baja, hay indignación y preocupación entre los agricultores, ya que, con los 2.000 metros cúbicos por segundo actuales, el agua queda a ras en la mota de Pina de Ebro. Una defensa que la crecida rebasó sin problemas, y piden su recuperación de inmediato por temor a nuevas crecidas con el deshielo.
"No se pusieron de acuerdo para actuar en una pequeña zona que había que reforzar unos 20 metros lineales. Saltó el agua, deterioró la mota, se hizo un agujero, y se han inundado entre Quinto, Pina y Fuentes unas 600 hectáreas con una crecida ordinaria. Es lo que realmente nos está causando una inquietud tremenda, porque vemos que las administraciones nos han abandonado", subraya José Miguel Abenia, responsable de Uaga en la Ribera Baja.
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