Las ventas de agua embotellada se disparan un 60% en Tarazona y los bares optan por comprar cubitos

Un gesto tan rutinario como abrir el grifo para lavarse los dientes, se ha convertido en Tarazona en cosa del pasado, al menos, de forma temporal. La presencia de un protozoo en el agua de boca de la localidad ha provocado un brote de gastroenteritis, que afecta ya a más de 300 personas. Los vecinos se han acostumbrado, o lo están intentando, a realizar su vía cotidiana con las restricciones que supone tener que hervir el agua para cocinar y limpiar o beber solo agua embotellada. En esta coyuntura, el Ayuntamiento, ha decidido extender el reparto de agua embotellada a toda la población.

Este reparto de garrafas ya se inició hace unos días para los más vulnerables. Así, este miércoles se repartirán casi 13.000 litros de agua en garrafas de seis litros. Serán las asociaciones vecinales de la ciudad las encargadas del reparto de este agua embotellada. Se destinará una garrafa para cada unidad familiar.

Los vecinos siguen adquiriendo botellas para poder lavar los alimentos, beber agua y mantener la higiene personal. Un cambio en los hábitos que se deja notar también en los supermercados, los primeros en notar el incremento de la demanda de botellas y garrafas de agua. Diego Lahuerta asegura que en su tienda de BonÀrea se ha incrementado hasta en un 60% la venta. "El primer día fue un 'boom'. La necesidad mandaba", recuerda, aunque la situación se ha ido estabilizando: "Pedimos que repusieran rápido y no hemos tenido más problemas. Hay más consumo de estos productos ahora, pero sin agobios".

No son los únicos que han notado las consecuencias de la prohibición del consumo de agua de boca. Los bares y establecimientos hosteleros de esta localidad de más de 10.500 habitantes han visto como algo tan simple como servir un refresco con hielo implica ahora un cambio. El uso del agua en estos negocios es diario y constante, ya sea para hacer un café, servir una bebida fría, o, simplemente, poner un vaso de agua si un cliente lo solicita, aunque el gasto que esto les supone, aseguran, no es mucho.

"Hemos recurrido a la compra de cubitos de hielo"

"Tenemos cubitera propia, pero hemos tenido que recurrir a la compra de cubitos de hielo", comenta Diego Pellicer, copropietario del bar Autobuses, quien, al mismo tiempo, señala que para el café emplearon los primeros días agua mineral, lo que encarecía el coste de este producto para el negocio.

Ahora, utilizan el agua del grifo: "Al ponerse a ciento y pico grados se puede usar, por lo que hay menos problemas". En caso de que un cliente pida agua, se le sirve embotellada "y ya está".

Tras una semana con esta afección en la red de abastecimiento, los vecinos y empresarios ya están retomando sus hábitos cotidianos y están menos pendientes de las restricciones que los primeros días. "La gente, al principio, preguntaba más, pero ya saben lo que hay y no hemos notado que haya bajado la clientela aquí, que, por otro lado, es fija y sigue viniendo", dice el empresario..

Una situación similar ocurre en el resto de bares y cafeterías turiasonenses, como el bar Casino, que abrió el lunes sus puertas tras las vacaciones de verano. Han tenido que adaptarse a esta nueva rutina, aunque "tampoco afecta mucho", han señalado.

Por su parte, desde que se tuvo conocimiento del brote, el Ayuntamiento ha emitido varios bandos para informar a la población de las medidas y recomendaciones que deben seguir para limitar los contagios. 

Entre las últimas directrices hechas públicas para los enfermos se encuentran, por ejemplo, extremar las medidas de higiene personal, no llevar al colegio a los niños enfermos hasta 48 horas después de la desaparición de los síntomas, evitar bañarse en piscinas durante dos semanas o evitar las relaciones sexuales durante 15 días. 

Para la población general se recomienda hervir el agua, al menos 10 minutos, para la limpieza de utensilios y superficies, y usar el agua de la red solo para el aseo personal, pero no para el bucal.