Las cuatro denominaciones de vino aragonesas prevén un descenso de la cosecha por la falta de lluvias

Las cuatro denominaciones de origen de vino aragonesas, Somontano, Cariñena, Borja y Calatayud, prevén un descenso de la cosecha este año por la falta de lluvias. Se han sumado este sábado al brindis nacional, en el que han participado 38 DO españolas, con motivo de la celebración de su día grande, y han aprovechado para reivindicarse como patrimonio colectivo de las zonas rurales y como un sector con proyección, tanto social, como económica.

El Día del Vino DO está organizado por la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (Cecrv), asociación que reúne a las DO del vino de España, y han querido poner de manifiesto en este día su valor en el sector vitivinícola español, como creadoras de valor y de arraigo en el terreno, y reivindicar todo el patrimonio colectivo que hay detrás de cada una de ellas en los territorios en los que se ubican.

Vides de DO Somontano. 

Con el lema de este año, 'Denominaciones de origen, patrimonio colectivo', los consejos reguladores y sus bodegas pretenden dar a conocer que detrás de cada una de ellas "hay un patrimonio para la zona y para los municipios que la integran que se traduce en personas, producto y territorio", ha señalado la Conferencia.

A través del Día del Vino DO, aspiran a que se declare oficialmente un Día del Vino en España para que el sector tenga, anualmente, una fecha con la que visibilizar ante la sociedad lo que supone y lo que aporta a las zonas rurales y al país.

Cuatro denominaciones aragonesas

Aragón cuenta con cuatro denominaciones de origen del vino. La más antigua de todas es Cariñena, que tiene 91 años, y también es la más grande con más de 14.000 hectáreas de viñedos. Le sigue Borja, que se creó en los años 70, y ya en los 80 surgieron Somontano (la única fuera de la provincia de Zaragoza), y Calatayud. Entre todas suman casi 27.500 hectáreas de viñedos y 90 bodegas.

Aunque la viña se ha descubierto como el cultivo que mejor resiste al cambio climático y, por ejemplo, en la última vendimia para la DO Cariñena fue muy bien, con 80 millones de kilos de uva recogidos, la previsión no es demasiado halagüeña. A la sequía, asegura el sector, se suma la inflación. Además, el consumo de vino ha caído más de un 8% en todo el mundo y los costes para los productores han aumentado un 40%. 

Las bodegas esperan que se estabilicen los precios, y que llueva, porque son muchas las personas que dependen de este sector. "Aquí -en Cariñena- hay una zona que es un 30% un 35% de regadío donde salvaremos los trastos, por así decirlo, ahí se cogerá uva, no será tampoco una cosecha normal, será más baja de lo normal incluso en los regadíos", afirma Antonio Ubide, presidente de la DO Cariñena. 

En la denominación de origen Somontano, cuyo 80% de producción se destina al mercado nacional, ya han brotado las primeras uvas. El año pasado, a pesar de la sequía, terminó la vendimia con más de 17 millones de kilos, en la media de los últimos diez años. Además, hizo récord de ventas, y cuenta con cerca de 4.000 hectáreas de viñedo.

"El 55% de la uva está en secano, el 45% en regadío, y sí que con estos ciclos que tenemos de sequía se intenta, el que puede, bajar los viñedos a regadío, aunque la vid es un cultivo que no necesita grandes aportes de agua", explica Francisco Berroy, presidente de la DODO Somontano. 

Con más de 3.200 hectáreas, en la DO Calatayud auguran una bajada importante de la cosecha si no llueve pronto. El año pasado recogió más de 12,5 millones de kilos de uva.

Por su parte, en la de Campo de Borja, con un 75% de sus viñedos en el monte, también miran al cielo. Por eso los próximos 20 días son cruciales para igualar la última cosecha, de más de 28 millones de kilos.