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ALIMENTACIÓN

La venta de productos sin lactosa aumenta un 9% y la mitad de sus consumidores no son intolerantes

Su venta se ha disparado hasta los 466 millones de euros y la dieta que elimina este ingrediente es la tercera más seguida por los españoles

I. ANSA /
Los yogures tienen menos lactosa que la leche.
icono foto Los yogures tienen menos lactosa que la leche.

Es uno de los mercados que más crece año tras año. Los productos sin lactosa aumentaron en 2022 sus ventas hasta los 466 millones de euros, un 9,2% más que en 2021. A pesar de que los alimentos que no contienen este azúcar, que principalmente se encuentra en los derivados de la leche, son hasta un 46% más caros, es la tercera dieta más seguida entre los españoles, según la Universidad de Zaragoza, tras la calórica y la que trata de evitar los productos procesados. Unos números que refrendan los datos de la Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España (Adilac), que reflejan que un 34% de la población española tiene algún tipo de intolerancia a este azúcar. Sin embargo, la consultora 'Across The Shopper' estima que la mitad de las personas que consumen este tipo de productos no son directamente intolerantes ¿Estamos, entonces, ante una moda que cada vez gana más adeptos o realmente es una opción para mejorar la salud?

El tema de la intolerancia a la lactosa no es nuevo. "Sobre 1950 se empiezan a detectar los primeros casos médicos", afirma el presidente de Adilac, Oriol Sans, sobre su descubrimiento. Pero fue ya a finales del siglo XX cuando "los afectados comienzan a aflorar", en un momento en el que la medicina se empieza a tomar en serio el asunto con las pruebas diagnósticas. Pero esta detección no es tan sencilla de llevar a cabo. "Las pruebas son lentas (el test basal suele durar varias horas en completarse) y es imposible que se lleven cabo en la Seguridad Social", argumenta  Rocío Mateo, coordinadora del grado de Nutrición de la Universidad de Zaragoza. 

Además se une otro factor: ser intolerante a la lactosa no es como serlo al gluten. Aquí, señalan ambos expertos, se pueden dar un "sinfín de tonalidades entre el negro y el blanco; no es un sí o un no". Cada afectado lo es de una manera. Hay a gente que no le produce ningún inconveniente y a otros les da muchos problemas, en forma de diarreas o problemas intestinales. El matiz puede estar en beber un vaso de leche, pero no en comer un trozo de queso. Ahí radica la clave para saber cómo acotar el problema.

Todo esto no debería suponer evitar la ingesta, como sociedad, de la lactosa. "Es absurdo que una persona que no tiene problemas deje de tomar leche normal y la sustituya por una sin lactosa", advierte Sans. Además, los nutricionistas invitan a los que sospechan ser intolerantes a que, antes de retirar de su dieta este azúcar, prueben a moderar su consumo o cambiar sus hábitos. "La leche tiene mucha lactosa, pero otros productos como el queso curado y los yogures no", afirma Mateo.

Un problema de modas

Los intolerantes a la lactosa, en general, no han tenido diagnóstico médico. "Y no necesariamente el problema reside ahí", refleja Mateo. Cualquier cambio alimentario debe estar supervisado para saber si realmente detrás existe una alergia. "Eliminar todo producto que contiene lactosa porque sí puede derivar en una dieta muy pobre, al ser un compuesto que no solo aparece en los lácteos", añade.

El negocio de los productos sin lactosa es una realidad. La consultora 'Across The Shopper' estima que sus ventas equivalen a un 7% del valor total del mercado lácteo. La mitad de las personas que los consumen no son directamente intolerantes, sino que afirman adquirir estos productos por otros motivos relacionados, eso sí, también con su salud. "Existe mucha fiebre en torno a los alimentos sin lactosa por la fama que se ha creado sobre ellos", dice la experta de la Universidad de Zaragoza. Una moda que puede resultar absurda para el que la lleva a cabo sin tener certezas médicas. 

La existencia de leche sin lactosa no solo no es contraproducente sino que puede ser algo muy necesario. "Nutricionalmente es un producto muy interesante. Aporta proteínas, calcio y fósforo", argumenta esta docente. Eso sí, Mateo se aleja del estereotipo de que la leche solo es beneficiosa en los primeros años de vida. "Se sigue bebiendo por una cuestión puramente evolutiva en la producción de alimentos de los humanos", que en el caso de los lácteos "es tremendamente interesante por los valores que aporta al organismo", concluye.