La industria del metal pide una reducción fiscal para la electricidad o potenciar la energía nuclear

La escalada incesante de los precios del gas y la electricidad está poniendo en jaque a las industrias del metal. De ellas dependen, solo en la provincia de Zaragoza, 3.000 puestos de trabajo directos, según la patronal del sector. Fundiciones o empresas del aluminio, que necesitan un alto consumo energético para su producción, se debaten entre parar la actividad o aplicar ERTE. La Federación del Metal en Zaragoza exige soluciones al Gobierno central, como la reducción de impuestos o potenciar de nuevo la energía nuclear. 

Ignacio Giménez, director general de la empresa Ebroacero, explicaba que están perdiendo dinero con contratos firmados cinco meses atrás: "Trabajar en marzo con precios pactados en noviembre, que no estaban previstos, significa trabajar a pérdidas". "Y esto es ya el caso actual", ha añadido.

Con una subida del 1.200% del precio del gas, del 900% en el caso de la electricidad, y del 75% en los derechos de CO2, que gravan la contaminación que se emite, el sector del metal ve inviable repercutir el coste en el consumidor final. Armando Mateos, director general de Itesal, empresa dedicada al aluminio, ponía un ejemplo: "Nadie pensaría que por una barra de pan, que hoy que vale un euro, alguien va a pagar diez. La consecuencia es que puede afectar a la demanda, y por tanto, a 17.000 trabajadores de toda España". 

La patronal asegura que el Gobierno se está engrosando 70 euros más por megawatio en impuestos, a consecuencia de la subida total. Por ello, el presidente de la Federación de empresas del metal de Zaragoza, Javier Ferrer, pide una rebaja fiscal inmediata. "Se está cobrando muchísimos más impuestos, y está en manos del Gobierno nacional el bajar el precio de la electricidad. Si quieren, lo pueden hacer hoy", ha asegurado.

Mientras tanto, FerroAtlántica del Cinca, empresa ubicada en Monzón que se dedica a la producción de ferroaleaciones, ha vuelto a encender sus hornos este viernes tras dos días de parada, pero sin descartar nuevas interrupciones.