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MEDIO AMBIENTE

La agricultura de carbono crece más del 20% en una década

Esta práctica ayuda a conservar mejor los nutrientes del suelo y a retener el agua. Además, abre las puertas a un nuevo mercado dirigido a empresas y agricultores

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto La agricultura de carbono disminuye las emisiones contamintantes.

La agricultura de carbono está ganando peso en la Comunidad. En los últimos diez años ha aumentado más del 20%. El principal objetivo es absorber dióxido de carbono (CO2) y retenerlo en el suelo, y disminuir las emisiones contaminantes a la atmósfera. Prácticas como las siembras directas o la rotación de cultivos ayudan a conservar, en mayor medida, los nutrientes del suelo y a retener el agua. Pero además, en el plano económico, genera un nuevo mercado para las empresas y beneficios para los agricultores.

"El 14% de los gases de efecto invernadero mundiales los emitimos desde la agricultura, pero somos capaces de absorber un 43% más de lo que estamos emitiendo", indica Enrique Arceiz, secretario de organización de UPA Aragón.

Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el año 2011 se destinaron en Aragón 102.612 hectáreas a esta práctica, mientras que en el 2021 aumentaron hasta las 123.460 hectáreas, lo que supone un incremento de 20.848 ha, es decir, un 20,3% más. 

Este tipo de agricultura abre además un nuevo mercado y genera créditos de carbono, que pueden adquirir las empresas que operan en cualquier parte para compensar su contaminación en otro lugar. A cambio, los agricultores reciben ingresos adicionales. Hasta la fecha es un mercado libre, aunque Europa quiere regularlo.

En este sentido, han surgido empresas que gestionan tales transacciones, analizan las explotaciones y elaboran planes de transición, como explica Orson Acosta, CEO de Azolla: "Se tienen que asegurar y seguir unos principios, como es el conservacionismo, la fiabilidad de los datos, etc. Digamos que tú haces un proyecto y entonces generas lo que se conoce como un crédito de carbono, que certifica que se ha producido una reducción o una captura de una tonelada de CO2 o equivalente".

Dado que el mercado no está regulado, los precios varían. "Hay precios que van desde los nueve o 10 euros por tonelada de CO2 reducida, de los cuales los agricultores percibirían alrededor de siete", explica Acosta.

Las organizaciones agrarias ven en la agricultura de carbono una oportunidad, aunque solicitan garantías. "Necesitamos información, que se impliquen las administraciones, para que pongan un poco de orden y cordura en esto; lo primero para evitar especulaciones, por un lado, y por otro, para que la cosa lleve un camino ordenado", señala el secretario de organización de UPA.

A ese respecto, el Gobierno de Aragón defiende que los agricultores de explotaciones familiares dispongan de un acceso preferente a estos incentivos.