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ENERGÍA

El fin de las actuales calderas en viviendas contribuirá a acabar con el 36% de las emisiones de CO2

El programa 'Objetivo' de Aragón TV analiza la transición energética que hacia 2040 supondrá el fin de las calderas de gas y diésel en las viviendas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto La clásica llama de las calderas de gas pasará pronto a la historia.

La aprobación de la Directiva de Eficiencia Energética por la Comisión Europea supondrá la desaparición de las caderas de gas y diésel en las viviendas aragonesas. A partir de 2026 ya no se podrán instalar en edificios nuevos y se estima que en 2040 hayan desaparecido todas. Las instalaciones actuales son de aerotermia, un mecanismo sostenible que aunque requiere de una inversión mayor, se rentabiliza en pocos años. El programa 'Objetivo' de Aragón TV, ha profundizado este sábado en lo que supone esta transición.

Su tonalidad característica, su encendido a veces dramático o la no menos característica llama que a veces fallaba y dejaba helado en la ducha a quien le sorprendía, pero que también en las noches más frías regalaba su calor. Ahora, la Unión Europea se ha propuesto apagarla, aunque dicen los expertos que, por lo menos, hasta 2040 seguirá llenando de calidez miles de nuestros hogares. La industria y medios de transporte ya han puesto limitaciones para acabar con el uso de combustible fósiles y pronto le tocará a las viviendas

Aparato de aire acondicionado. / Aragón TV

En esta coyuntura, las comunidades de propietarios ya piensan en términos energéticos. Rafael González, experto en eficiencia energética, explica que las comunidades deberán tener "una cierta calidad certificatoria en sus edificios” , lo que supondrá, mejorar aislamientos e instalaciones, cerramientos, ventanas y puertas exteriores, aislamiento de cubiertas, etc. Los edificios son responsables del 40% de toda la energía consumida en la Unión Europea, y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las calefacciones de los hogares expulsan a la atmósfera 4 gigatoneladas de CO2 al año.

Buena parte de ese consumo se debe a las calderas de gas o diésel, aunque Rafael González rebaja la alarma sobre el fin de esas instalaciones: "En ningún momento se va a prohibir en el año 30 ni en el 33 que los edificios tengan calderas de gas, y Aunque alguien se instale ahora una caldera de gas, va a tener ahora al menos 17 años para usarlo en el peor de los casos antes de que se prohíba el consumo de gas". En cualquier caso todo apunta a que a partir de 2026 estará prohibido instalarlas en edificios de nueva construcción. Y en 2035, a lo sumo 2040, desaparecerán las existentes.

La aerotermia como alternativa

La aerotermia se ha convertido en la alternativa estrella del mercado que, aseguran los profesionales, se implanta en la gran mayoría de nuevas construcciones. Se basa en una bomba de calor, capta energía del exterior para calentar y enfriar el agua que se lleva por toda la casa. Funciona como un ordenador, como explica el delegado comercial de Saunier Duval, José Ramón Ferrer: "Simplemente, pone la temperatura deseada, qué temperatura quiero por el día, 21 ó 22 grados, y qué temperatura por la noche y luego ya, en función de eso, dejarlo trabajar".

Para ello se puede utilizar suelo radiante y también un 'fancoil', que lo que hace es impulsar ese calor o frío por el aire. Pero también se puede usar con radiadores en pisos de edificios existentes. No obstante, su instalación, a veces, es más compleja y como explica Ferrer, en zonas más frías, como el Pirineo, trabajan con radiadores.

Combinado con placas solares, explica el técnico, logra aún mayor eficiencia, ya que se acciona mediante le electricidad y aunque la diferencia económica con una caldera de gas es del doble, se amortiza en cuestión de siete años. A partir de ahí por cada kilovatio que se gasta se, generan cuatro, por lo que tres saldrían gratis. o sea, que tres saldrían gratis

Un sector en reconversión

El sector de la fontanería y la calefacción mantiene el tipo, pero nota el relevo generacional. El presidente la Asociación Provincial Empresarial de Fontanería, Calefacción, Gas y Afines, Santiago Magallón, pertenece a la cuarta generación familiar en este gremio pero se muestra realista ante la situación actual: "Las empresas están cerrando y falta mano de obra cualificada.  Todas las instalaciones necesitan profesionales acreditados, no cualquiera, porque tiene sus riesgos. Y que las administraciones ayuden porque para hacer los cambios hacen falta ayudas".

El sector está en constante aprendizaje. / Aragón TV

Los instaladores están en constante aprendizaje porque no dejan de salir nuevas normativas y tecnologías. Una de ellas es el hidrógeno. "Las calderas que se están fabricando van preparadas para trabajar con hidrógeno. Muchas marcas ya lo hacen. El hidrógeno en Baleares ya funciona sin cambiar las calderas anteriores. Es la alternativa, al no ser contaminante", explica Magallón

Para estos cambios, la investigación es clave. Un equipo de la Universidad de Zaragoza desarrolla el almacenamiento de energía térmica, necesario para guardar fuentes renovables y usarlas en otro momento. La investigadora Ana Lázaro explica que estos sistemas no son lejanos a la realidad y explica el caso de Dinamarca, donde busca soluciones a los sistemas de calefacción sin usar combustibles fósiles. "Almacenan la energía térmica del sol que les llega durante el verano y la usan en invierno”, explica. 

En Aragón, el recinto de la Expo de Zaragoza se construyó con un sistema de distrito de refrigeración y calefacción que actualmente funciona. En este depósito almacenan el frío que usa en verano. "Se pueden lograr ahorros tanto económicos y en emisiones de C02 y hacer sistemas más sostenibles", explica Lázaro.