Demolida la última caldera de la central térmica de Andorra

La última caldera de la central térmica de Andorra ha sido demolida y el desmantelamiento, que costará 60 millones de euros, está prácticamente completado. Este proceso comenzó a finales de febrero de 2021 pronto quedará borrada del paisaje turolense. 

Se ha demolido en 30 segundos

En tan solo 30 segundos, y con 620 kilos de explosivos, han sido derribados los apoyos de esta caldera. Hasta ahora se han recuperado más de 200.000 toneladas de residuos y de esta última intervención se obtendrán 10.000 toneladas de hierro. 

El jefe de proyecto de la demolición de Andorra, José Luis Villabrille, ha explicado que este hierro "se vende y la idea es que se vuelva a fundir y se utilice en procesos normales de elaboración de acero y demás". 

En los 40 años de la central se han quemado 142 millones de toneladas de carbón

La caldera de 70 metros de altura que hoy se ha demolido era el último testigo de una central de tres grupos con tres calderas y tres torres de refrigeración en las que se han quemado 142 millones de toneladas de carbón en 40 años de actividad. Esta producción energética será sustituida por el denominado Nudo Mudéjar, que albergará 14 parques de energía renovable que ya tienen fecha. 

"Yo firmaba ahora mismo para que fuera en verano de 2025. Estamos hablando de año y medio, pero es la realidad, que pudiéramos estar trabajando en esos 14 proyectos. Así lo ha afirmado el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner. Endesa resultó adjudicataria de la concesión de la capacidad de acceso al Nudo Mudéjar; es decir, los 1.200 MW que quedaron libres con el cierre de la central térmica de Andorra. Montaner ha añadido que "en las próximas semanas, en febrero, se someterá a información pública en el BOE".

El objetivo: recuperar los 500 empleos que había en la central

Las últimas labores de desmantelamiento coinciden con el arranque del nuevo parque. Es uno de los proyectos previos a ese nudo mudéjar y sus 7 parques híbridos que la compañía calcula empezar en 2025. Ahora trabajan aquí unas 250 personas y el objetivo sigue siendo recuperar los 500 empleos que también desaparecieron con la central. 

El desmantelamiento habrá terminado aproximadamente en seis meses, justo medio siglo después de que en 1974 comenzará a construirse esta central térmica que forma parte de la historia de Andorra.