Juan Manuel Ubiergo: "Todo lo que nos rodea en nuestra vida cotidiana es diseño"

"Desde el interruptor que utilizamos cada mañana al apagar el despertador o los grifos de la ducha cuando graduamos la temperatura, todo lo que nos rodea en nuestra vida cotidiana es diseño, y así podríamos seguir con un montón de actividades que realizamos todos los días", explica Juan Manuel Ubiergo, autor del libro 'Érase una vez... el diseño. Reflexiones de un adepto recalcitrante'.

El director del Centro Aragonés de Diseño Industrial ha dedicado su trayectoria profesional a la promoción del diseño, con su participación e impulso de programas de manera casi ininterrumpida desde el año 1989 y, con este trabajo divulgativo, busca dar visibilidad a la labor del diseñador de una forma cercana y accesible para el lector. "Estamos rodeados de productos y servicios, en permanente interacción con ellos, y quienes se tienen que ocupar de que esa interacción sea la mejor posible, son los diseñadores", afirma.

El diseño es la forma con la que pensamos las cosas, todo lo que nos rodea. "Nosotros creemos que hay que hacerlo de una manera ordenada para que el resultado sea más eficaz, de forma adecuada a las personas", explica. "Eso es fundamental. Hay que pensar en el usuario, no puede ser que estemos haciendo productos y, luego, a la hora de usarlos, produzcan insatisfacción. El diseño tiene que resolver la experiencia de los usuarios de la manera más gratificante que pueda".

Pero, ¿cómo se trasladan estos conceptos al lector? "He procurado que tenga un leguaje accesible para todo el mundo y que sea útil para los profesionales de las empresas, pero también he pensado en que cualquier ciudadano entienda sin problemas lo que estoy diciendo", asegura Ubiergo.

Si algo caracteriza al diseño es que tiene muchos ángulos, el contexto empresarial es complejo. "Hay una frase en el libro que trata de abordar esto: 'El diseño es Chanel y garbanzos', como dice la consultora de diseño y branding, Mercedes Amorós. Chanel, cuando las circunstancias de un proyecto lo permitan porque encajan con el planteamiento de quien lo promueve y, garbanzos, porque hay que dar respuesta a las situaciones cotidianas que no están revestidas de glamur. Un fabricante de garbanzos puede plantearse perfectamente que su lata sea atractiva y pueda conectar mejor con el consumidor", concluye el autor.