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SALUD MENTAL

En dos años se han triplicado las consultas de niños y adolescentes que sufren ansiedad y depresión

La pandemia y el confinamiento, que han provocado la falta de relaciones sociales y el abuso de pantallas, están detrás de este incremento de casos

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Una joven en su cuarto.

Las consultas de niños y adolescentes que sufren ansiedad y depresión se han triplicado en los últimos dos años. Familias encerradas durante el confinamiento, con la consiguiente falta de relaciones sociales y el abuso de las pantallas están detrás de esta auténtica avalancha de casos en las consultas

Es el caso de Lucía, una adolescente de 14 años con depresión diagnosticada, que intentó autolesionarse. Sus padres la llevaron a urgencias y de allí la derivaron al psiquiatra y al psicólogo. Una cita que llevan esperando meses por lo que, ante la gravedad del caso, decidieron llevarla a una consulta privada. Su madre explica que, un día, Lucía  "apareció en el salón pidiendo ayuda" porque se estaba autolesionando.

La psicóloga del Centro Materno Infantil Rosales del Canal, Ana Notivoli, afirma: "¿Cómo puedes no ver que tu hijo se está lesionando? No siempre es tan sencillo. De hecho, tengo niñas y niños que llevan meses lesionándose en zonas que no se suelen ver", subraya. 

La propia Lucía resalta que en un momento determinado vio la necesidad de pedir ayuda: "Para expresarme me está viniendo bastante bien, para saber que no soy la única, que hay más gente de mi edad a la que le pasa y que no es raro", afirma. 

Avalancha de casos

Desde 2020, año en que comenzó la pandemia, las consultas de niños y adolescentes con ansiedad, depresión y autolesiones se han triplicado. "En las consultas está habiendo un desbordamiento, el término que utilizamos todos es una avalancha, es un incremento de demanda y una incapacidad para atender en el tiempo y en el espacio que sería adecuado. Se nos están yendo de las manos las listas de espera", manifiesta Miguel Martínez Roig, jefe de Psiquiatría del Sector I de Zaragoza.

Varios aspectos como la incertidumbre, la pérdida de rutinas, las discusiones familiares, el encierro durante la pandemia y el abuso de las redes sociales han llevado a la infancia y la adolescencia a unos desajustes emocionales desconocidos hasta ahora.