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UNIDAD MÓVIL

Conducir un tren, aprender flamenco o ir a la universidad no están reñidos con la edad

El programa de Aragón TV se adentra este viernes en varias historias que demuestran que los años no son un impedimento para cumplir los sueños

ARAGÓN NOTICIAS /
Hortensia ha aprovechado su jubilación para aprender a bailar flamenco. / Aragón TV
icono foto Hortensia ha aprovechado su jubilación para aprender a bailar flamenco. / Aragón TV

Carlos, a sus 77 años, va a cumplir su sueño de ser maquinista en un tren real ya que, aunque empezó a cumplir algunos de sus sueños cuando se jubiló, como hacer parapente o espeleología, nunca ha podido sentarse al mando de una locomotora. Por ello, ‘Unidad Móvil’ le acompaña este viernes (21:45 Aragón TV) junto a un maquinista profesional a la cabina de un tren, restringida solo a personal autorizado.

José Javier ha cambiado radicalmente de vida a sus 72 años, ya que, de regentar un bar durante toda su vida y no tener tiempo, ha pasado a estudiar la carrera de Derecho y a aprender a bailar ballet clásico, tango y kizumba. Una agenda muy apretada, donde asegura que su imagen en la universidad en medio de estudiantes de 18 años es inusual

A la vejez, pasión por la música y el flamenco. Hortensia ha trabajado durante toda su vida en jornadas interminables como confeccionadora. Cosía a máquina durante más de ocho horas sin poder dedicarse a su verdadera pasión, la música y el flamenco. A sus 70 años es alumna aventajada de sevillanas y flamenco y va a cumplir su sueño de asistir a un concierto de Sergio Dalma, un evento al que la acompaña el programa.

A Carlos, la edad no le ha impedido aprender a saltar en parapente. / Aragón TV

Por su parte, Pino ha superado la vergüenza que le ha acompañado durante sus 70 años al no saber leer ni escribir. ‘Unidad Móvil’ asiste a una clase con ella y junto a Carmen, quien asegura que lo que más rabia le daba era no entender ni siquiera los carteles de las tiendas cuando iba a hacer la compra.

Además, el programa va a ser partícipe de cómo Ángel cumple su sueño: ser jinete. Durante toda su infancia quiso tener un caballo para montarlo, pero luego la rutina y el día a día le hicieron olvidar su pasión. Cuando ingresó en una residencia fue un duro golpe para él y confiesa que perdió gran parte de sus ilusiones. En la residencia donde viven han tomado la decisión de que esto cambie y ahora organizan todo para que, con sus 89 años, pueda montar a caballo.