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Fin de curso también para las 'extraescolares' de adultos: de la música a la jota o el teatro

Este mes, muchas academias y talleres de cursos para personas adultas realizan su particular cierre del año académico. Las representaciones, muestras y conciertos abarrotan los centros culturales

T. PÉREZ ALBERO /
Fin de curso de distintas disciplinas en las tres capitales de provincia.
icono foto Fin de curso de distintas disciplinas en las tres capitales de provincia.

Música, bailes, obras de teatro... El fin de curso es el momento más esperado por los que cada año se apuntan a una actividad extraescolar. Puede parecer que estos eventos son exclusivos de los niños en los colegios, pero nada más lejos de la realidad. Los adultos también celebran su fin de curso y lo hacen por todo lo alto en las tres capitales de provincia. 

Lo que tienen en común las representaciones de pequeños y mayores es la ilusión y las ganas con las que se realizan cuando llega junio. "Es una fiesta. Es el premio al trabajo bien hecho durante el año. Presentan sus actuaciones ilusionados, nerviosos y emocionados", comenta Fran Gallego del centro On Music de Teruel. Sus alumnos, de todas las edades, aprenden un instrumento y participan en clases grupales, de las que luego salen las actuaciones finales. 

Este viernes, a las 22:30 h, en el  Auditorio Parque de los Fueros-Ricardo Eced, tendrá lugar la última gala del curso. En ella actuarán los 'combos', que son los grupos de instrumentistas veteranos, que actúan una vez al mes ante el público. "Se nota mucha mejoría de septiembre a mayo. Están acostumbrados y se van curtiendo esos meses", señala Gallego. 

Durante 15 minutos, cada grupo mostrará sus dotes musicales en distintos estilos e instrumentos: "La guitarra y el piano es lo que más llama porque es lo más conocido, pero el bajo está sumando cada vez más adeptos. En la actuación habrá desde rock metal a pop rock, como los Beatles o Nina Simone". 

"Aunque los aplausos están garantizados, nos esforzamos al máximo"

Aprender algo nuevo es bastante común entre los adultos que deciden empezar o retomar una afición o proyecto. En el caso de Cristina, una zaragozana que vive en Cuarte de Huerva, su pasión por bailar jotas se remonta a su niñez. "Lo abandoné porque me fui a estudiar fuera, pero hace seis años lo retomé", dice. 

La chispa por la jota revivió cuando al apuntar a sus hijas a baile, se enteró de que existía un grupo para adultos: "No me lo pensé". Cada año, su grupo, formado por mujeres de entre 30 y 55 años, actúa tres veces al año: en un encuentro de escuelas de jota, alguna ronda y el festival de fin de curso.

"Es un momento muy especial porque vienen a vernos la familia y amigos. En mi caso tengo el añadido de que mis dos hijas también bailan y una canta, por lo que la emoción es doble", comenta, al tiempo que añade: "Aunque los aplausos están garantizados porque jugamos en casa, intentamos esforzarnos al máximo para que salga todo perfecto", reconoce la zaragozana, que el próximo 2 de julio participará en el festival de fin de curso de la escuela de jota de Cuarte de Huerva.

En su caso, la jota le ha dado mucho, más allá de recuperar una afición y de hacer ejercicio: "Lo mejor de todo es que conoces a mucha gente. En el grupo hay muy buen ambiente y hacemos cenas, a veces quedamos para andar juntas u otras actividades", señala. 

El grupo de adultos de la escuela de jota de Cuarte de Huerva, en uno de los últimos festivales. / Facebook Ayto. Cuarte de Huerva

En el caso de los alumnos de la academia zaragozana Zaraswing, su fin de curso tuvo lugar el pasado día 9, cuando, al ritmo de 'jazz steps', 'shuffle', 'swing' y 'blues' demostraron las coreografías aprendidas durante el año. Marta Montserrat es socia del centro, al que acuden personas de entre 19 y 60 años: "Es una fiesta que celebramos durante tres horas con baile y música. Ponemos las canciones y cada pareja sale a la pista a bailar la "coreo" que le toca". 

"Es un gran encuentro comunitario y social"

Como una gran fiesta celebran en Huesca el final de los talleres de Teatro y Danza municipales. A su espalda llevan 31 ediciones y cientos de representaciones, aunque cada una es especial, como señala Javier García, profesor en la escuela oscense: "Durante 15 días estrenamos una obra cada día. En los pasillos, camerinos y escenario se palpa la ilusión, los nervios y el gran ambiente comunitario y social que hay".

En el patio de butacas no faltan las caras amigas. "Para los actores es muy importante que sus familiares y amigos estén ese día. Hay grupos que se preparan la obra todo el año, otros que incluso la crean desde cero. La ilusión y la emoción es máxima", señala el docente.

Unas 200 personas de todas las edades participan en los talleres municipales. La edad y la experiencia son accesorias, las ganas y el trabajo en equipo es lo que cuenta. "Hay grupos muy variados. Los hay que llevan muchos años juntos y otros que son nuevos y que tienen integrantes desde los 14 hasta los 70 años, por ejemplo. Lo bonito es que aprenden unos de otros, se ayudan y conocen gente y puntos de vista que de otra forma no conocerían", subraya García. 

Este jueves se representaba la primera obra, a la que seguirán otras 14, hasta el 28 de junio. Con entradas a tres euros, algunos pases ya están al completo.