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COMUNIDAD

Comerse las 12 uvas (y adoptar otras tradiciones) para despedir el año a miles de kilómetros de casa

Varios aragoneses que viven en Suecia y Malasia cuentan cómo celebran en sus países de residencia la Nochevieja

ARAGÓN NOTICIAS /
Distintas celebraciones de Nochevieja por todo el mundo.
icono foto Distintas celebraciones de Nochevieja por todo el mundo.

Pendientes de las doce campanadas y de no atragantarse con las uvas, en Aragón el año comienza brindando, felicitando a la familia y amigos y bailando hasta la madrugada. Es una tradición a la española, pero que la mayoría de los que viven fuera del país, todavía mantienen. Algunos de los aragoneses que residen en otros países cuentan cómo celebran ellos haber dado una vuelta más al sol. 

Mari Cruz Auría vive en Malmö, al sur de Suecia, desde 2002. Ella es de Luna y él, de Zaragoza. Ambos se mudaron allí por trabajo y allí formaron su familia. Aunque siempre que pueden vienen a celebrar las fiestas navideñas a España, este año, la Nochevieja les toca pasarla divididos. Mari Cruz ha podido reunirse aquí con sus hermanos y su madre y sus hijas y su marido se han quedado en la localidad sueca. "Allí no es tradición tomar uvas, pero nosotros sí que lo hacemos", cuenta Mari Cruz. Lo que sí hacen en Suecia es comprar fuegos artificiales y salir a la calle a prenderlos justo cuando es medianoche. "Nosotros salimos a la terraza para verlos, pero no tiramos", cuenta. 

Asegura que, al igual que en España, en Suecia el día de Nochevieja es más para pasarlo con amigos y el de Nochebuena, con la familia. "El día 24 todo el mundo cena 'julbord' (un buffet de platos fríos y calientes tradicionales) y bebe vino caliente. El 31 se come más salmón, fundamental en el menú sueco, y marisco", añade. "La gente joven suele juntarse en casas de amigos para hacer fiestas", cuenta. Este año, tampoco allí está haciendo tanto frío como acostumbra, aunque las últimas Navidades sí han podido cantar eso de 'Blanca Navidad'. 

Las uvas a miles de kilómetros del suelo

La zaragozana Silvia Enguita celebrará la entrada del nuevo año a miles de kilómetros del suelo, sobrevolando el sur de Asia. Después de pasar unos días con su familia en la capital aragonesa, Enguita regresa a su actual lugar de residencia, Kuala Lumpur, en Malasia. "Me da mucha pena perderme la Nochevieja, ya que no la puedo celebrar ni con mi familia y amigos en España ni con los de Malasia", señala. 

Sobre cómo la disfrutarán quienes se encuentren en su nuevo hogar, cuenta: "En Kuala Lumpur hay fuegos artificiales en el centro y muchísima gente se reúne ahí, igual que ocurre en la Puerta del Sol". Como curiosidad, la zaragozana añade que, en el país asiático, en lugar de sonar doce campanadas se realiza una cuenta atrás para despedir al año. "Como siempre hace calor en Malasia, las últimas dos Nocheviejas las pasé en una de sus playas y así evitar las aglomeraciones propias de la capital", cuenta.

Platos rotos, cubos de agua, lentejas...cada país tiene su tradición para celebrar el fin de año

El final de un año y el comienzo del siguiente es un momento idóneo para la aparición de diferentes tradiciones, ceremonias y supersticiones que remarcan las ganas de acabar con lo negativo y el deseo de empezar una nueva etapa con el mejor pie posible. Por eso prácticamente en todos los países hay al menos una tradición relacionada con la Nochevieja

Por ejemplo, en Dinamarca, tras escuchar el tradicional discurso de la reina y disfrutar de una cena en la que no puede faltar el bacalao, es tradicional coger platos viejos y lanzarlos contra el suelo frente a las puertas de vecinos y amigos para desearles buena suerte. Otra manera de atraer a la buena fortuna es subirse a lo alto de una silla y saltar desde allí.

En Uruguay o Puerto Rico, en cambio, lo que se lanza en Nochevieja no es vajilla sino cubos de agua, que se tiran por la ventana justo cuando suena la última de las doce campanadas. Según la tradición, así se espantan los males y se llama a las buenas energías.

En Italia la noche del 31 de diciembre no puede faltar en la mesa un guiso de lentejas, normalmente estofadas con patas de cerdo y en grandes cantidades, pues las legumbres se asemejan a monedas y es buen presagio que haya todas las posibles. Eso sí, es obligatorio comerse todas las que se pongan en el plato para no tener mala suerte en el año que llega.

Los países tienen diferentes tradiciones pero, eso sí, prácticamente en todos ellos se celebra la Nochevieja juntándose con familia y amigos para cenar. Y en muchos países anglosajones, además del cariño y, quizá, una botella de vino, los invitados pueden llevar también buenos presagios a la casa en la que entran...si son los primeros que lo hacen tras las campanadas. Esta tradición, conocida como 'First footing', proviene de Escocia (allí se conoce como 'quaaltagh') y es el motivo por el que en muchas casas uno de los invitados sale de casa antes de que suenen las doce para regresar cuando el año ya ha cambiado.

Y hablando de campanadas, como la nuestra, la Nochevieja japonesa se caracteriza también por ese sonido. Sin embargo allí no suenan 12 sino 108. Se trata del 'Joya no kane', una tradición budista por la que cada uno de los repiqueteos sirve para que quienes los escuchen eliminen de su corazón los 108 defectos que tiene el ser humano y así puedan empezar el año completamente 'limpios'.