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AÑO NUEVO

Así celebran la Nochevieja en otros países

Las propuestas gastronómicas para despedir el 2021 van de la sopa de pasta de arroz en Corea del Sur a la yuca en Cuba

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Ciudadanos de Corea del Sur golpean una campana para despedir el año. / Foto: Pinterest

Recibir el Año Nuevo con el repique de las campanadas es una tradición que traspasa fronteras. Si en España son 12, una por cada mes, en Corea del Sur la cifra aumenta hasta las 33. "Una simbología que representa la combinación del cielo humano y de la tierra", comparte Jeong Min Shi, ciudadana surcoreana que imparte clases de su lengua materna y de Inglés en la ciudad de Huesca. 

La cultura gastronómica también refleja la diversidad de costumbres y tradiciones de los países para cerrar el año y dar la bienvenida a 2022. La sopa de pasta de arroz es el plato típico para la Nochevieja en Corea del Sur.  Desde Cuba celebran la Nochevieja con menús donde no pueden faltar las viandas con cerdo asado, el arroz congrí, las mariquitas y la yuca. Con tanta variedad alimentaria, "es posible que desde el 29 o 30 ya estén despidiendo el año", señala Narelia Soto, cubana residente en Zaragoza.  

Más similar es la tradición gastronómica de Italia, donde se toman lentejas antes de entrar en el nuevo año. El origen de esta tradición, cuenta Emanuele, se remonta al "tiempo de los romanos". "Solían regalar a los familiares más cercanos una bolsita de lentejas [con el cambio de año]", detalla. 

Ver el nacimiento del sol o saltar tres olas, otros rituales

Limpiarse con agua "e, incluso, con una naranja" antes de terminar el año es otro de los rituales que practican en Cuba, como cuenta Narelia Soto. "Es una manera de quitarse todo lo malo y lo viejo", añade. 

Gastronomía aparte, los ciudadanos de otros países celebran el Año Nuevo con una gran diversidad de rituales. En Brasil saltan tres olas en la playa, en Corea del Sur dan la entrada a los próximos 365 días viendo el nacimiento del sol desde lugares costeros o de montaña, mientras que en Perú la tradición dicta cambiar las cosas de lugar y vestir ropa amarilla.