Los espacios para compartir lugares de trabajo por días o por horas aumentan un 33% en un año

Los espacios compartidos de trabajo siguen ganando terreno en Aragón. Autónomos y empresas aumentan sus reservas en los llamados ‘coworking’ para desarrollar su trabajo, tal y como reflejan los datos de la Red Arce de Aragón, que engloba a este tipo de espacios y que ha registrado un aumento de los 'coworking' del 33% en menos de un año. Una forma de realizar la jornada laboral en la que comparten salas, conocen personas del mismo sector y abaratan costes. Y los encontramos no solo en las grandes ciudades. Cada vez son más los emprendedores que inician su trabajo en el medio rural, donde la conexión a internet es el único escollo para trabajar.

La Red Arce de Aragón está gestionada por la Fundación Aragón Emprende. A comienzos del año pasado, manejaban 33 centros y han finalizado 2023 con 44. Este año confían en llegar a medio centenar de centros desde sus inicios en 2017. “Tenemos de todo, centros de emprendimiento, viveros de empresas y espacios de 'coworking'”, señala Jéssica Fernández, técnica de la fundación. Asegura que desde la pandemia se han creado muchos centros "que nos han solicitado formar parte de nuestra red". "Tenemos de titularidad privada y pública, y nosotros les ayudamos con los trámites y les damos soporte”, explica. En los dos últimos años ha habido subvenciones para los centros de esta red de hasta 20.000 euros para “la mejora de infraestructuras”. Un aspecto que ha motivado a muchos ayuntamientos pequeños a buscar espacios de trabajo para atraer población.

Es el caso de Fortanete en la provincia de Teruel. Un pequeño pueblo con un censo de 223 habitantes. “Acabamos de terminar tres naves industriales y, en una de ellas, hay un espacio de 'coworking' para unas ocho personas”, cuenta su alcalde, Luis Gil. "Un espacio que hemos podido amueblar gracias a los fondos Leader y al FITE. Durante la pandemia hubo gente en el pueblo que estaba trabajando desde casa y pensamos que este espacio puede ser una buena opción para aquellos que no quieren seguir en las grandes ciudades o alargan la temporada que pasan en el pueblo, porque hay quienes viven en Castellón o Valencia y pasan buenas temporadas aquí”, explica.

Pero no todo son ventajas en Fortanete. “Tenemos un problema con la torre de Telefónica que da problemas de cobertura”, critica el alcalde, que explica que la convocatoria del espacio 'coworking' la tienen "a punto de sacar gracias a la ayuda que nos ha dado el Centro de Emprendimiento e Innovación”. En su pueblo tienen "de todo”, dice el alcalde. “Un médico que vive en el pueblo, una escuela con 15 alumnos, tenemos la guardería abierta y luego chavales que van a los institutos de Cantavieja y la Iglesuela del Cid. Además, cuatro empresas de construcción, dos panaderías y las necesidades básicas cubiertas", señala Gil que ve en las naves nuevas la posibilidad de atraer más población.

Todo tipo de espacios

“En nuestra red tenemos gran variedad de centros. Está por ejemplo Adecuara, en Jaca, que se encuentra al 80-90% de ocupación y otros que abrieron el año pasado como Fayón o Caspe que tienen más nómadas”, explican desde la red Arce. Personas que viven y trabajan en Aragón durante una parte del año y otra fuera de España.

“El objetivo es crear comunidad y ecosistemas de impacto para nuestros clientes”, cuenta Oriana Olivo, manager de Impact Hub en Zaragoza. Un centro de emprendimiento ubicado en el centro de la capital aragonesa y que pertenece a una red internacional. En su interior hay alquiler de espacios y varios modelos de negocio. “Tenemos espacios de alquiler para eventos privados, otros para eventos que programamos nosotros para hacer comunidad, puestos fijos, o despachos privados. También alquilamos salas para reuniones”, relata.

Los inicios de la red de emprendimiento ARCE estaban previstos para incubadoras de empresas fijas, "pero cada vez vemos que hay más centros con tarifas por mes, días o por horas, o que solo alquilan salas para reuniones periódicas”, explica Fernández. "Damos más servicios que la formación inicial. Somos centros de acogida temporal para que las empresas puedan dar sus primeros pasos en el mercado. Les damos asesoramiento, les ayudamos a crecer y a consolidarse para que luego puedan seguir con su actividad", destaca.

No hay edad para compartir espacios

Crear esa comunidad es quizá el motivo por el que los emprendedores apuestan por estos centros de trabajo. “En el centro de Jaca tenemos gente de 30 años pero también tenemos otros donde la media de edad es más alta. Nuestra media es de 43 años. Pero sí que vemos que antes era gente más joven y ahora ya no tanto”, cuentan desde ARCE.

“Nuestro perfil de cliente va desde los 22 años a personas mayores de 50 años. Tenemos gente que viene tres días a la semana porque teletrabaja en casa y quiere salir algún día fuera, y también abogados que únicamente nos alquilan la sala para sus reuniones”, añade. Por eso, en este centro, señalan, disponen de una flexibilidad de tarifas que va desde los 15 euros por días sueltos hasta casi 200 euros al mes, en función de los espacios que requieran los emprendedores.