El medio rural se sube a la locomotora del 'coworking' para atraer población y dinamizar la economía

Tres de cada cuatro términos municipales o lo que es lo mismo 6.232 municipios han perdido población en la última década, según datos de la Secretaría General para el Reto Demográfico. Con esas cifras no es de extrañar que el medio rural, donde más acusan la falta de vecinos, estén buscando fórmulas nuevas para atraer vecinos. Entre las recetas que parecen surtir efecto está la del 'coworking'. Y esto bien lo saben en Oliete. Esta pequeña población turolense, de apenas 330 habitantes, cuenta desde 2021 con un espacio específico para el cotrabajo, que cuenta actualmente con 15 proyectos. 

"La mayoría de las personas son de la zona, pero también hay gente que ha venido de fuera de Aragón para trabajar en sus proyectos", indica Alberto Alfonso, colíder del proyecto Despertadores Rurales Inteligentes en Oliete. Como él mismo explica, la motivación que esconde esta iniciativa es la de mostrar el potencial de las zonas rurales como dinamizadoras de la economía: "Queremos albergar teletrabajadores, personas que apuesten por el medio rural, fijar población, albergar nómadas digitales que pasen por la provincia y desarrollar nuevas ideas que ayuden a la digitalización de la zona". 

Con capacidad para 20 personas, de acceso libre y gratuito y con todas las comodidades, el espacio 'coworking' de Oliete es un éxito. "Los vecinos están encantados y los que participan hacen un balance muy positivo. Ven como la idea de la que partían es ahora una realidad", señala Alfonso. 

Los proyectos que se desarrollan son tan variados como los perfiles de sus impulsores: "Hay un chico de 20 años de la zona que trabaja en el plano informático, pero también gente de 55 y más años". 

"Les ponemos alfombra roja para que puedan arrancar su negocio"

El de Oliete es uno de los más de 1.000 espacios de cotrabajo que existen en España, según datos del estudio 'Estado del Coworking en España 2022-2023' de la Asociación Coworking Spain. En la última década, han pasado de 199, en 2013, a los 1.092 actuales, lo que da una idea del peso que están ganando estos espacios, aunque la mayoría se ubican en las ciudades, en especial en Barcelona (315) y Madrid (225).

Aun así, el medio rural se ha sumado a esta locomotora digitalizadora y dinamizadora. En la localidad zaragozana de Gelsa también han apostado por este modelo de trabajo, adaptándolo a las posibilidades del pueblo. "Tenemos tres locales, con todas las comodidades, que ponemos a disposición de los emprendedores", comenta la alcaldesa, María Isabel Álvarez. "Los ofrecemos en condiciones ventajosas, ya que lanzarse a emprender es complicado, nosotros les ponemos todas las facilidades", especifica la edil. 

Por el módico precio de 50 euros al mes, incluyendo los gastos de agua y electricidad, aquellas personas que quieran poner en marcha una idea pueden hacerlo en este municipio de la Ribera Baja del Ebro. "Les ponemos alfombra roja, durante dos años, para que puedan arrancar su negocio y que el despegue sea suave", apunta la regidora. 

Aunque en el pueblo tienen los brazos abiertos para el que desee ir a emprender, tienen un "pequeño hándicap". "Tenemos pleno empleo en la zona y eso complica que la gente quiera arriesgarse a empezar algo nuevo", argumenta Álvarez, al tiempo que defiende el medio rural y niega que sea sinónimo de pocas oportunidades o poco empleo. 

"Actualmente, hay una emprendedora de Épila en uno de los locales que ha puesto en marcha recientemente su despacho de psicología para dar servicio en la zona", cuenta la alcaldesa, que anima a todo el que tenga una idea y ganas de hacerla realidad a conocer las posibilidades que ofrece el medio rural y, en especial, Gelsa.