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AUTOMOCIÓN

Anatomía del coche eléctrico: un mercado que no avanza por los altos precios y la incertidumbre del servicio

Los expertos reconocen que el alto coste es la causa principal para que no haya una mayor adquisición y no descartan que Europa tenga que revisar su política de emisiones de cara a 2035

I. A. /
Modelo de coche expuesto en el ECar Show, el Salón del Automóvil Híbrido y Eléctrico y de la Movilidad Sostenible.
icono foto Modelo de coche expuesto en el ECar Show, el Salón del Automóvil Híbrido y Eléctrico y de la Movilidad Sostenible.

La penetración del coche eléctrico, puro o híbrido enchufable, no supera el 12% a nivel estatal, cifra dos puntos porcentuales menores en Aragón. La patronal Faconauto alerta, además, de que la previsión de ventas para este 2024 no prevé mejoría. Imágenes como las que se produjeron esta pasada Semana Santa, con electrolineras colapsadas no ayudan. Pero, ¿Qué le ocurre a un sector que apunta a ser el futuro, pero que no termina de despegar en nuestro país?

No se puede decir que exista un único motivo de por qué el coche eléctrico no se impone en el mercado automovilístico. Desde la patronal de concesionarios dicen que esas imágenes "han ayudado poco" a que el indeciso se decante por comprar un coche eléctrico. Reconocen que fue algo puntual, perfectamente evitable "con una buena planificación", ya que es suficiente la red de carga disponible para el parque eléctrico que transita por España. Ocurre que estos lugares de recarga tienen grandes costes de inversión, que deben afrontar los gasolineros. "La realidad es que, a día de hoy, son lugares que cargan uno o dos coches diarios, y esto económicamente no es viable para una estación de servicio", dice el director de investigación de Centro Zaragoza, Juan Luis de Miguel. La pescadilla que se muerde la cola. El ritmo de ventas deberá acompasar a la red de electrolineras.

Mejoras fiscales

Ambos expertos coinciden en apuntar a "los problemas económicos de la gente", unido a los altos precios, como la principal causa para que el mercado del vehículo eléctrico no despegue. Hay países de Europa, como Noruega, en el que "no hay fiscalidad para la adquisición de coches cero emisiones", dice de Miguel, que hace que sean "más baratos que los de combustión".

Esto no ocurre en nuestro país. Las ayudas que salen del gobierno son complejas y requieren mucho trámite. El perceptor, pide la patronal de los concesionarias, debería "recibir ese empujón financiero de ayudas directamente en la factura de la compra", y no a través de "exhaustivos formularios" con los que la administración puede demorar esos pagos dos años. "El IVA sería una buena palanca para bajar precio, pero va en contra de Europa", lamenta Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto. Y avisan de que la descarbonización para el 2035, "a este ritmo, no se cumple".

¿El eléctrico?, una opción de mercado más

Llegados a este punto, la opción de coche eléctrico se ha convertido, por el momento, en "una opción más dentro del amplio abanico que ofrece el mercado para un perfil concreto". "Si una persona vive en un unifamiliar fuera de la ciudad, con garaje propio, y viene a la ciudad a trabajar, la adquisición es muy interesante", razona de Miguel, quien la descarta para "el que no tiene garaje y hace muchos desplazamientos fuera de la ciudad", porque el coste de mantenimiento se dispara cuando solo se puede recargar en una electrolinera.

A pesar del precio, el coche eléctrico tiene ventajas si se emplea en el entorno adecuado, y, sobre todo, se estira su vida útil. "La fabricación de estos modelos es un 70% más contaminante en emisiones de CO2 que uno con motor de gasolina", certifica este director de investigación. Detrás está la conflictiva generación de baterías que obliga a "disponer de un modelo durante más de 10 años para que sea beneficiosa" esa ecuación entre el uso del coche y los gases emitidos durante su producción.

Para este experto, llegados a este punto no es descartable que Europa tenga que revisar los plazos marcados para poner punto final al uso del coche que utiliza carburantes fósiles. "Pueden aparecer otros combustibles sostenibles como alternativa", indica. Un análisis que aseguran es válido para el vehículo de uso doméstico, porque en el sector del transporte de mercancías por carretera, remarcan, ya "ha quedado demostrado que lo eléctrico es inviable".