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CAMPO

El cultivo de maíz se reduce en Aragón más de un 40% por la sequía y las restricciones de riego

En la última campaña se han dedicado 51.091 hectáreas a maíz, un 41,3% menos que en 2022

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Campo de maíz en Biota (Zaragoza).

Los campos de maíz se han reducido casi a la mitad durante la última campaña en Aragón. Las restricciones de riego y la sequía han provocado que apenas se hayan destinado 51.000 hectáreas a este cereal, un 41,3% menos que en 2022. El sector agrícola tuvo que adaptar durante el año pasado sus cultivos y en los de verano también se ha apreciado una pérdida de superficie en la soja, aunque ha aumentado sus rendimientos, y una estabilización del girasol tras el incremento registrado en 2022.

Los datos recogidos en el Dossier de Cultivos de Verano muestran una reducción de la superficie de maíz, sobre todo debido a la falta de agua. "No solo ha sido difícil la campaña por las restricciones, sino también por la rentabilidad de las explotaciones", ha incidido Jesús Abadías, responsable de Desarrollo Rural e Innovación de Cooperativas Agroalimentarias Aragón, señalando a la caída de precios y el aumento de los costes de producción como otros factores.

El descenso ha sido más significativo en las provincias de Zaragoza y Huesca. La superficie dedicada al maíz convencional fue del 51%, frente al 49% del transgénico.

La última campaña también registró un descenso de otros cultivos como la soja, aunque mejoró el rendimiento por hectárea gracias a su adaptación al territorio y su vinculación a la industria de bebidas vegetales. 

El cultivo de girasol también descendió, aunque menos debido a su menor necesidad de agua y al incremento del precio por la guerra de Ucrania, tal y como señala Luis Gazol, coordinador de la Red Arax -Red Aragonesa de cultivos extensivos y leguminosas-: “Hay una reducción de siembra poco significativo, un 11% respecto al año anterior, porque el precio también va bajando desde los máximos de la guerra de Ucrania".

Para esta campaña la previsión es incierta, aseguran, porque aunque los embalses están llenos, la planificación de los primeras siembras que comienzan ahora se hizo hace meses.