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AUTOMOCIÓN

El vehículo eléctrico gana terreno, aunque a menor ritmo del esperado

En 2023 se ha matriculado casi 1.900 vehículos de este tipo en Aragón. Pero este avance más lento tiene un reverso positivo en la industria: favorece el empleo, impulsa la formación de los trabajadores y hace a las empresas más competitivas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Producción vehículos eléctricos.

El vehículo eléctrico avanza, pero a un ritmo más lento de lo previsto. De los 26 millones de turismos que hay, solo un 1,3%, 340.000, son eléctricos puros o híbridos enchufables. Una cifra muy lejana de los cinco millones que se ha marcado España como objetivo para 2030. En el caso de Aragón, se queda dos puntos por debajo de esa media. En el último ejercicio se matricularon 1.842 coches con etiqueta cero emisiones, el 9,7% del total, según fuentes del INE, cuando se pretende que llegue al 30% en ese 2030.

El precio y la escasez de puntos de recarga son las razones que esgrimen los conductores para retrasar la compra de un coche eléctrico. La falta de dinamismo del mercado tiene una reverso positivo para la industria que se traduce en que la transición entre tecnologías está siendo progresiva. Y a eso se suma que las plantillas se están manteniendo

Los robots trabajan sin descanso en Magna, una empresa especializada en estructuras para vehículos. En esta planta zaragozana conviven piezas para diferentes motores porque, en este momento, se trabaja especialmente para térmicos y eléctricos. De hecho, tal y como ha explicado José Losada, adjunto al director de mantenimiento: "Actualmente, hay un mix, una convivencia entre ambos. Los vehículos eléctricos tienen mucho peso por el tema de las baterías. Lo que hacemos con la estampación en caliente es conseguir más resistencia, rigidez de esas piezas, con más seguridad y con menos peso".

350 trabajadores se turnan para una producción en la que, poco a poco, el vehículo eléctrico va teniendo más presencia. Esta transición supone que los procesos sean más complejos, por eso, las empresas proyectan sus esfuerzos en la formación de los trabajadores para "llegar a ser más competitivos", como ha destacado Marta Solo de Zaldívar, responsable de Desarrollo de Recursos Humanos de Magna. 

Se llegó a vaticinar que la electrificación destruiría uno de cada cuatro empleos en el sector. Pero la industria moderna, lejos de recortar plantillas, según han subrayado algunas de ellas, las estabiliza e incluso las agranda, con perfiles más analíticos. Así lo ha afirmado Luis Arruga, director de Operaciones de Linamar Zaragoza: "Muchas empresas industriales que éramos muy manuales hace 20 años hoy sería imposible hacer un planteamiento de continuidad si no tuviéramos líneas de producción muy automatizadas, robotizaciones, industria 4.0".

En el mercado ya hay más de un centenar de modelos eléctricos. En el caso de Linamar, utilizan su especialidad es el aluminio, un material imprescindible para la producción de este tipo de vehículos. Mantienen sus piezas para combustión mientras desarrollan nuevos proyectos, lo que les han permitido invertir y mantener una plantilla de 370 trabajadores.