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RELIGIÓN

60.000 musulmanes celebran el Ramadán en Aragón

Dos argelinos y un libanés afincados en la Comunidad y que profesan el Islam cuentan cómo compaginan su día a día con el ayuno en las horas de sol, los rezos y las cenas en familia

ALIZIA BEGUÉ /
Cuando se va el sol, los musulmanes rompen el ayuno en el mes de Ramadán./Malika Bouzini.
icono foto Cuando se va el sol, los musulmanes rompen el ayuno en el mes de Ramadán./Malika Bouzini.

Quienes lo practican lo describen como un mes en el que se potencia el autoconocimiento, la reflexión y la empatía con quienes menos tienen, aseguran que es tiempo de depurar el cuerpo y la mente. Es la fiesta musulmana por excelencia, el Ramadán, que cada año se celebra en el noveno mes lunar y acaba de comenzar en todo el mundo. Las más de 60.000 personas que profesan el Islam en Aragón celebran desde el pasado viernes 1 de abril y hasta el 1 de mayo -aproximadamente-, esta festividad durante la cual no comerán ni beberán durante las horas de sol.   

Según explica Fawaz Nahhas, presidente de la Comunidad Islámica en Aragón, en la Comunidad un 45% de los que practican el Islam cuentan con nacionalidad española.  "Es un tiempo para ser más empático, más humilde y más sensible con los más necesitados. Se potencian las donaciones y el ayudar a la gente necesitada", explica Nahhas, quien añade que tanto las personas mayores como las que padezcan alguna enfermedad o aquellos a quienes el ayuno les pueda resultar perjudicial, no deben hacerlo. 

Mezquita Assalam, en Binéfar.

¿Cómo afecta el Ramadán a la rutina diaria?

Uno de los musulmanes que vive en Aragón es Charif Dandachli, un ingeniero libanés afincado en Zaragoza desde hace 39 años, que trabaja como profesor de árabe en la Universidad de Zaragoza. "Con el trabajo que tengo es sencillo, lo paso sin problemas y sobre todo ahora que hace buen tiempo, en agosto es más complicado. Si trabajas en la construcción, por ejemplo, es más duro", indica.

En su casa tan solo él guarda el ayuno, por lo que, explica, mientras su familia come a mediodía él ve la televisión y por la noche le esperan y cenan juntos. Son pequeños cambios que realiza en su rutina diaria y que intenta reducir al máximo: "Es un mes largo y creo que es mejor llevar una vida normal, yo no dejo de quedar con amigos, y la vida social aquí es muy de ir a los bares así que me pido una botella de agua de plástico y me la llevo a casa".

Para Ben Boudebouz, un argelino de 25 años que ha pasado la mayor parte de su vida en Zaragoza, el Ramadán es "un mes más espiritual donde se deja de lado lo mundano". El joven explica que es momento para la autodisciplina y el autoconocimiento y, como Dandachli, trata de modificar su vida diaria lo menos posible, pero admite que a veces es inevitable. "Por ejemplo, en verano no voy a pasar la tarde a la piscina o no voy a ir a jugar un partido de fútbol a mediodía. En cambio sí voy a ir a hacer deporte a última hora de la tarde cuando no quede mucho tiempo de sol o en invierno sí que voy a pasar la tarde con los amigos, aunque ellos coman y beban algo pero yo no", detalla el joven. "Hay que ser consciente de las limitaciones que te puede dar hacer el Ramadán", zanja. 

Familia y espiritualidad

El ayuno en estos aproximadamente 30 días es el cuarto de los cinco pilares del Islam. "En este mes se reveló el Corán y la religión toma una dimensión más importante, lleva una carga emocional muy fuerte. Lo comparo con Navidad aquí: la gente está más solidaria, más familiar, intentan ser mejores personas que nunca, no mentir. Es una época para sentirse más cercano a Dios", cuenta Charif Dandachli. "También se le da más importancia al rezo, como la Semana Santa aquí, que despierta un poco el fervor religioso de la gente", concluye. Además, añade que esta es una época de pasar tiempo en familia. "Mis hermanos van todos a casa de mis padres el fin de semana para romper el ayuno juntos", relata. 

Cuando cae el sol, llega el momento de comer y beber. Malika Bouzini, una argelina que lleva casi diez años en España, explica que se suelen preparar platos típicos y menús "más especiales" que el resto del año, en los que se cuida mucho la decoración. "En casa preparamos por ejemplo 'Bourak Anabi', que es una empanada hecha a base de puré de patata, carne picada, cebolla, queso y perejil. También lleva huevo y luego se hace en la sartén", explica Bouzini, que indica que también suelen preparar varios platos y, entre ellos, no faltan diferentes tipos de ensalada o platos a base de frutas como la pera y frutos secos como almendras, pasas, nueces u orejones de albaricoque. Lo que tampoco puede faltar es el dulce. "Hay un postre típico en el Ramadán que es el Albelous, hecho a base de almendra", explica.

Hasta el próximo 1 de mayo, buena parte los 60.000 musulmanes que viven Aragón practicarán este ayuno. Después, 70 días más tarde celebrarán la Fiesta del Cordero, en la que familiares, amigos y vecinos se reúnen para orar y disfrutar del banquete más importante del año.