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EDUCACIÓN

Un instituto de Ejea de los Caballeros vota si prohíbe el uso del móvil en horario lectivo

En Aragón depende de cada centro educativo la decisión de prohibir o no el uso de estos dispositivos en sus instalaciones

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Varios menores miran el móvil durante el recreo.

Es un debate que sobrevuela en más de un centro educativo. El uso del teléfono móvil no está prohibido, en general, en los colegios de Aragón. Su uso depende del Reglamento de Régimen Interno de cada centro, que es elaborado por el equipo directivo y aprobado por el consejo escolar. Este debate se ha abierto entre los padres y madres del instituto Reyes Católicos de Ejea de los Caballeros. Están llamados a la urna para decidir si quieren que se prohíban en su centro.

Muchos son los efectos que estos dispositivos tienen en los menores. La distracción es uno de ellos. Mirar una nueva notificación puede hacer que se tarden varios minutos en recuperar la concentración y esto interfiere de manera negativa en el rendimiento académico. Su uso también afecta a la socialización, generando aislamiento en una etapa de la vida importante para desarrollo emocional. Otro aspecto que se resiente es el sueño y su calidad, si el uso que se hace no es responsable. 

Este centro, hasta ahora, daba el visto bueno a su empleo desde primer curso de la ESO. Ahora la directiva quiere que el horario lectivo suponga un paréntesis en una práctica que seguirá estando presente lejos del centro. Los propios alumnos reconocen que muchos ven el móvil en el recreo, algo que para el director, Patxi Abadía, es desolador ya que durante ese tiempo dejan de comunicarse e interactuar entre ellos.

Restringir el uso de los dispositivos mejoraría, dicen, la salud mental de los jóvenes; evitaría una mayor ansiedad y estrés. También pondría coto al ciberacoso. Todos los padres y los alumnos mayores de 18 años están llamados a votar para tomar una decisión. Unos progenitores que señalan que al Instituto "se va a lo que se va" y los móviles se deben dejar en casa. Abadía cree que la medida permitiría a los menores oxigenar durante unas horas sus cerebros sin tener esa obsesión por mirarlo constantemente.

El centro quiere evitar también los encontronazos que surgen con los alumnos cuando se les tiene que requisar el móvil. Si la medida sale adelante, la sanción por el uso indebido sería un día de expulsión.