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CULTURA

Saura, el narrador de lo íntimo que soñó captar el instante y que contribuyó a la renovación del cine

Se cumple un año de la muerte del director aragonés y el mundo de la cultura, el cine y la fotografía recuerdan su legado universal

SARA COMÍN /
Despedida de Carlos Saura en la capilla ardiente. / EUROPA PRESS
icono foto Despedida de Carlos Saura en la capilla ardiente. / EUROPA PRESS

El 10 de febrero de 2023 el mundo del cine lamentó la muerte de Carlos Saura. Solo unas horas antes de recibir el Goya de Honor, fallecía en Madrid a los 91 años. Saura retrató a la sociedad española desde lo íntimo, lo profundo, lo onírico y lo real. 

La profesora de Historia del Cine en la Universidad de Zaragoza, Amparo Martínez, destaca la combinación que hace de “lo recordado con lo soñado o lo imaginado, sin que en muchas ocasiones seamos capaces de distinguirlos”, yendo de la intimidad del sujeto al realismo político y social. Así sucede en sus películas más experimentales, como 'Peppermint Frappé' o 'Goya en Burdeos', pasando después a fórmulas realistas como 'Deprisa, deprisa'. 

Otra cualidad que subraya Amparo Martínez es que con la imagen busca un disfrute estético, no solo complaciente. Los detalles de su cine están también en la música, siempre presente, pero también en la escena sonora, como “el ruido del goteo de un grifo o el péndulo de un reloj”.

Su búsqueda creativa contribuyó a actualizar el cine español

A Saura le hace diferente el modo en que contribuyó a actualizar el cine español. Fue de las fórmulas más críticas de los 60 a las más experimentales, como en 'Stress-es tres-tres', a una línea de introspección en los 70, a la que dio continuidad con obras como 'Cría Cuervos', para cambiar en los 80 con obras maestras del cine quinqui con 'Deprisa, deprisa' y renovando el musical español con la trilogía de 'Bodas de Sangre', 'Carmen' y 'El amor brujo', que tiene su continuidad más tarde hasta una de sus últimas películas, 'El rey del mundo'. También abordó la historia, con 'El Dorado' o 'Ay Carmela', y otros acercamientos más íntimos, como 'Pajarico'.

Siempre puso retos a su creación artística. Fue del fado a la jota o de las sevillanas al tango hasta profundizar en el trabajo de los grafiteros en 'Las paredes hablan'. Es relevante que versionara la vida y obra de Goya, con quien se identificaba como un hombre mayor que aún está aprendiendo, y lo hizo adentrándose en los fusilamientos en el cortometraje 'Goya, 3 de mayo', impulsada por Aragón TV

Saura fue un "narrador de lo íntimo" 

El mayor legado de Saura, como explica Amparo Martínez es su gran capacidad para ser "un magnífico narrador de lo íntimo con la habilidad de explicitar los pensamientos con un monólogo o con un primer plano". Las cualidades de Saura lo convierten en un cineasta diferente que siempre reflexionó sobre la condición del creador y la creación artística, como “se transparenta a partir de 'Goya en Burdeos', que coincide con la muerte de su hermano Antonio”, añade Martínez.

En Saura es especialmente importante la memoria, como forma de explicar la realidad. Es una constante en su cine, que capta lo efímero. Es un eslabón imprescindible en la historia del cine español, un ojo lúcido y una mirada universal para contar la realidad más cercana. 

Una fotografía "elegante y clásica" llena de matices

"Tan veloz pasa todo que cuando nos damos cuenta ya no estamos aquí". Es una de las frases extraídas de una carta que Carlos Saura escribió a Luis Buñuel. Y bien resume la fijación del director de cine y fotógrafo por captar el momento, o como resumía uno de los maestros de la historia de la fotografía, Cartier Bresson, con su célebre concepto "el instante decisivo".

Saura buscó siempre "sorprender el instante, conservar el recuerdo", captar la fugacidad de la vida porque como él mismo escribió: "La realidad se transforma instantáneamente en el pasado".

El fotógrafo José Miguel Marco define la fotografía de Saura como “elegante y clásica, llena de complicidades tanto con lo que fotografía como con quien la mira”. Con sus retratos consigue aportar algo del personaje sin ver al fotógrafo, y eso, dice, “es impagable".

No se consideraba un fotógrafo profesional, lo que le permitió crear un archivo desde su lado personal, profesional y afectivo. Documentó su vida durante 70 años. Para Marco, “sus fotografías familiares son maravillosas y las fotografías que hacía en sus rodajes aúnan la vida del reportaje y el calor de la instantánea”. Sus protagonistas son sus amigos Luis Buñuel, Fernando Rey, Paco Rabal, Fernán Gómez, Geraldine Chaplin, Eulalia Ramón, Paco de Lucía, Ana Torrent o Antonio Banderas, “una lista esencial para conocer la cultura española de final del siglo XX”.