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EN ARAGÓN

¿Por qué hay déficit de vitamina D en un territorio con 3.000 horas de sol al año?

El endocrino Alejandro Sanz explica las causas y los alimentos donde se puede encontrar este compuesto

TERESA P. ALBERO /
Dos jóvenes pasean por el parque de la Universidad, en Huesca.
icono foto Dos jóvenes pasean por el parque de la Universidad, en Huesca.

Con una media de nueve horas de luz natural al día, Aragón cuenta con unas 3.000 horas de sol al año, según el último informe sobre clima del Instituto Aragonés de Estadística (Iaest). A pesar de que la radiación del astro rey está más que presente en la Comunidad, el déficit de vitamina D entre la población es patente, sobre todo en algunos momentos del año. ¿A qué se debe esto, cuáles son las causas y los alimentos donde se puede encontrar este compuesto? 

"Hay una estacionalidad. En la consulta vemos como en el final del invierno y en la primavera hay niveles plasmáticos más bajos, mientras que en verano y otoño, suelen ser más altos", confirma el endocrinólogo del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Alejandro Sanz. 

Una tendencia que se repite a nivel nacional. Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), publicado por la revista especializada 'Scientific Reports', afirma que el 75% de las personas analizadas "tienen peores niveles de vitamina D que ciudadanos de países como Noruega, Islandia o Suecia". 

Detrás de esas cifras se esconde el hecho de que en los países con menos horas de sol se tiende a suplementar a la población con complejos de vitamina D, algo que en España y en Aragón no es necesario, según comenta Sanz: "No hace falta tomar el sol, basta con una pequeña exposición. Un paseo diario recibiendo los rayos del sol en brazos, piernas o cara es suficiente".

Aunque entre los expertos hay un debate abierto sobre cuál es el nivel óptimo de este compuesto en sangre, todos coinciden en que su carencia afecta de forma negativa a la densidad ósea. Un problema que perjudica especialmente a las personas de avanzada edad. "En los estudios que hemos hecho sobre la relación de la vitamina D con las fracturas de cadera en personas mayores, se muestra que hay una relación directa entre un nivel bueno y una mejor recuperación. Lo mismo ocurre con personas hospitalizadas con COVID-19. Los que tenían una peor evolución, también tenían menos vitamina D", explica Sanz. 

El estudio de la UOC afirma que el 80% de los jóvenes del ensayo tenían niveles inferiores a los deseables. El hecho de que sean escasas las investigaciones como esa a grupos de edad menores de 45 años hace que no se tenga constancia clara de si hay marcadores biológicos que impliquen una disminución del compuesto. 

Lo que sí está demostrado es que las personas que trabajan en espacios interiores absorben menos vitamina D. "La mayoría de la población trabaja por la mañana, lo que supone salir de casa sin sol y, en invierno, volver también de noche. A eso se suma que los cristales de las ventanas impiden que esa vitamina pueda ser absorbida", relata Sanz. 

Además de los paseos al sol también puede suministrarse este compuesto a través de determinados alimentos. "La vitamina D es liposoluble. Eso quiere decir que está presente en alimentos grasos, como la mantequilla, el queso o pescados azules, como el salmón", indica el endocrinólogo, que lamenta que justo esos productos sean poco recomendables en la alimentación diaria, dada la alta presencia de grasas.