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SALUD

El Gobierno veta los aromas en tabaco calentado y obliga a incluir advertencias sanitarias

La medida entrará en vigor tres meses después de su publicación en el BOE

ARAGÓN NOTICIAS /
Un joven fuma tabaco calentado. / Canva
icono foto Un joven fuma tabaco calentado. / Canva

El Gobierno ha aprobado este martes el Real Decreto que equipara la regulación del tabaco calentado al tradicional, prohibiendo todos los productos con aromas, desde filtros a papeles de fumar o cápsulas que modifiquen el sabor, y que obliga a hacer constar en el etiquetado las advertencias sanitarias.

La nueva normativa presentada por el Consejo de Ministros, que solo afecta al tabaco calentado y no a todos los dispositivos de vapeo, en cuya regulación está trabajando el Ministerio de Sanidad, entrará en vigor tres meses después de su publicación en el BOE, ha informado el departamento que dirige Mónica García en una nota de prensa.

A partir de ese momento, las unidades de envasado y el embalaje exterior de los productos de tabaco calentado deberán incluir dos elementos: el mensaje informativo "El humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas", y las fotografías en color especificadas ya en el anterior real decreto, el 579/2017, de 9 de junio, que aparecen en el empaquetado de los cigarrillos.

Con esta reforma, quedará prohibida la venta del tabaco calentado que contiene aromas, ampliando el veto a la comercialización de productos con aroma característico o que contengan aromatizantes en sus componentes (como filtros, papeles para fumar, envases o cápsulas), o cualquier otra técnica que permita modificar el olor sabor de los productos del tabaco, o intensificar el humo a los productos del tabaco calentado.

Además, los filtros, papeles y cápsulas no podrán contener tabaco, ni nicotina.

Qué es el tabaco calentado y cómo funciona

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los productos de tabaco por calentamiento (PTC), son derivados de tabaco procesado que se calientan a una temperatura inferior a los 400º, en lugar de sufrir combustión, a diferencia del cigarrillo convencional, explica un reciente informe del Ministerio de Sanidad.

No hay que confundirlos con los dispositivos susceptibles de liberación de nicotina o cigarrillos electrónicos: los primeros solo contienen en su interior tabaco en polvo o picado, mientras que los segundos tienen un cartucho o dispositivo con líquido que puede o no contener nicotina, pero no tabaco.

Los PTC imitan el comportamiento de fumar de los cigarrillos tradicionales mediante el uso de dispositivos electrónicos, que constan de una batería, un software de control de calentamiento y una fuente de calor.

Al calentarlos, producen aerosoles que contienen nicotina, sustancia altamente adictiva procedente del tabaco, y otras que provienen de aditivos y aromas añadidos, que son inhaladas por los usuarios a través de la boquilla.

Actualmente, en España se comercializa un solo tipo de estos productos, el famoso IQOS - "I Quit Ordinary Smoking"- fabricado por Philip Morris; más cortos que los tradicionales y diseñados para ser insertados en un dispositivo cilíndrico hueco de acetato en forma de 'stick'. Están constituidos por polvo de tabaco reconstituido, impregnado de propilenglicol y glicerina, insertado entre dos filtros y recubierto por una lámina de aluminio.