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MONTAÑISMO

Pilar Crespo, ante el reto de ascender a los 142 ibones que hay en el Pirineo aragonés

Esta fisioterapeuta tiene por delante la subida a los últimos 16 de la lista, en un proyecto que comenzó en agosto de 2021

IBAN ANSA /
Pilar, en el Ibon de Truchas.
icono foto Pilar, en el Ibon de Truchas.

Los que conocen a Pilar Crespo saben que lo de quedar con ella un sábado de sobremesa en una terraza de Zaragoza es algo que no se debe ni plantear, porque las probabilidades de éxito son mínimas. A esta fisioterapeuta zaragozana lo más probable es encontrársela en fin de semana en el Pirineo aragonés. Desde agosto de 2021 afronta el reto de ascender a los 142 ibones que tiene Aragón. Ya lleva 126, aunque por delante tiene el desafío de subir los 16 más complicados.

La idea nace de los libros. En concreto de uno que presenta a cada uno de los lagos naturales de origen glaciar del Pirineo. Pilar Crespo se lo compró por curiosidad y por tratar de encontrar una nueva motivación. Tras su lectura, pensó en "ir haciéndolos poco a poco". Una propuesta que cogió fuerza hace dos veranos, con la mentalidad de completar la hazaña en un solo año

Imagen de Pilar Crespo y el ibón de Ip. / Pilar Crespo.

Imposible hacer 142 ascensiones en 365 días

Pilar regenta, en Zaragoza, 'Helse', un centro de fisioterapía y salud. De lunes a viernes trabaja en la consulta, con lo que las opciones de subir a la montaña se reducen a los fines de semana. Con este escaparate, reconoce la protagonista, era imposible acometer el reto en un año. Fue necesario hacer una buena planificación y alargar en el tiempo el proyecto. 

Pilar descansa en el ibon de la Solana de Gorgutes. / Pilar Crespo.

Su idilio con la montaña viene de serie. Desde pequeña le ha gustado el monte y estar al aire libre. Su asiduidad a los campamentos de verano hizo el resto. Durante años tuvo que dejar sus paseos por el Pirineo, porque ejercía sábados y domingos como fisioterapeuta de equipos como el Mann Filter de baloncesto femenino, y el Rótulos Plasneon, de balonmano. "La vinculación era total", afirma Crespo, lo que reducía mucho el tiempo de ocio. 

Hoy, con menos compromisos profesionales, ha retomado las excursiones. Se ha aficionado a las 'trail' de montaña y se apoya en el conocimiento del entorno que le proporciona un amigo que vive en Jaca. Salidas que le "sirven para dejarse llevar y resetear", disfrutar de cada experiencia en compañía.

Subidas en soledad

Lo que ocurre es que no siempre se asciende a un ibón acompañada. A veces las subidas se afrontan solas, con un silencio que uno solo puede percibir al alcanzar su objetivo, sin testigos. Un momento único, rememora la escaladora. Además, hay que sumar el esfuerzo extra que conlleva realizar una buena planificación. Pilar tiene plasmados en una pizarra todos los ibones y sus ascensiones; lo que le ha costado llegar hasta el final, cuantos kilómetros ha hecho y el desnivel afrontado.

Los detalles de todas las ascensiones / Pilar Crespo

Su récord ha sido la visita en un mismo día a 7 de ellos. Están muy cerca entre sí, aclara la protagonista. Por el contrario, en su intento de encontrar El Sierco, se ha vuelto tres veces a casa con las manos vacías. "No hay un camino físico, ni puedes guiarte por un track o gps", dice Crespo. Debes recurrir a la orientación y la situación se vuelve más complicada. Siempre con la mentalidad de que no se deben asumir riesgos innecesarios. Para los que leen estas líneas, esta fisioterapeuta tiene un mensaje: "Los que más me han gustado han sido el de Tebarray (Panticosa) y el de Bernatuara (Bujaruelo)", sentencia.

Finalizado el reto, Pilar Crespo tiene que pensar en un nuevo proyecto, algo que seguro se encuentra entre montañas. Quizá cambie de plan y se quede los fines de semana en casa, porque no descarta plasmar toda la experiencia vivida en un libro.