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EXPLOTACIÓN LABORAL

Mujer joven, latinoamericana y dedicada a los cuidados, el perfil de la explotación laboral en Aragón

En 2023, UGT Aragón ha detectado 37 nuevos casos de explotación laboral en la Comunidad

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Una víctima de explotación laboral cuenta su experiencia.

El trabajo forzoso es un fenómeno presente en todo el mundo, también en nuestro país. En Aragón, se manifiesta a través de la explotación laboral y sexual y la trata de seres humanos en sus diferentes formas, una de ellas, la imposición de trabajos o servicios forzados. En lo que llevamos de año, UGT Aragón ha detectado 37 nuevos casos de explotación laboral, con un total de 40 víctimas. El perfil más común de las personas que sufren la explotación laboral es una mujer, menor de 35 años, procedente de Centroamérica o Sudamérica y, habitualmente, empleada doméstica o del sector de los cuidados. 

La explotación se da en los hogares particulares, donde no llega la inspección de trabajo 

Las personas extranjeras son las principales víctimas de la explotación laboral y dentro de ellas destacan, por su alta vulnerabilidad, las que se encuentran en situación irregular. Cuando una persona no tiene papeles, explica Lucía, víctima de explotación laboral, trabaja sin pagas extras, ni vacaciones y, ni mucho menos, descansos ordenados. Por mil euros al mes, en el mejor de los casos. 

Esta mujer, que actualmente está pendiente de regularizar su situación, denuncia las condiciones que tenía como interna: "Simplemente me daban un fin de semana al mes y tuve que pelear para que me lo dieran al completo, porque me querían dar un solo día". Si quería más días libres, relata, tenía que pagárselos y buscar una sustituta. "De algo hay que vivir", dice resignada y temerosa de mostrar su cara y su nombre real. Y critica al conjunto de la sociedad por mirar hacia otro lado: "Los migrantes sufrimos esa explotación laboral, esa discriminación, esa explotación laboral. Todo el mundo, aunque tenga los recursos, siempre está tratando de aprovecharse". 

Se aprovechan, sobre todo, en hogares particulares, donde no llega la inspección de trabajo. Ahí, explica Antonio Ranera, responsable de Migraciones de UGT, se dan seis de cada diez casos: "Hablaríamos de una mujer joven, extranjera, particularmente latinoamericana y procedente de Colombia y Nicaragua; en situación de pobreza y exclusión social, en muchos casos en situación irregular en España".

Esta mujer denuncia la discriminación y explotación laboral que sufren los inmigrantes.

La explotación, detrás de los accidentes laborales

De las 40 víctimas de explotación laboral detectadas, seis habían sufrido accidentes laborales durante su explotación. Una, incluso, con pérdida de parte de las falanges de una mano. Otra de las víctimas, según recoge el sindicato, sufrió múltiples agresiones sexuales. Dos eran, además, víctimas de trata de seres humanos con fines laborales. Y en otro de los casos se da la circunstancia de que era menor de edad. 

Pero hay más consecuencias derivadas de la explotación laboral: pérdida de salarios y cotizaciones sociales, el mantenimiento de la situación administrativa irregular de la víctima, la cronificación de la pobreza y la exclusión social, la presencia de trastornos de salud mental y una aguda percepción de indefensión y desvalimiento. 

Una esclavitud con la que convivimos a plena luz del día 

Es un fenómeno que se desarrolla de manera opaca e invisible, ya que las propias víctimas colaboran en su encubrimiento por necesidad, por temor a las represalias, por desconocimiento de los recursos que les pueden apoyar, o por las expectativas de que su empleador les ayude a regularizar su situación en España. Pese a ello, esta explotación laboral no se desarrolla en lugares apartados ni ocultos, no es una actividad clandestina. "Sucede -denuncia UGT- en nuestros pueblos y ciudades, en nuestros barrios y polígonos industriales. Convivimos con ella y, en algunos de los casos, conocemos a sus protagonistas, a sus víctimas y a sus empleadores".  

Los abusos también ocurren en agricultura, construcción y hostelería, espoleados por la desigualdad y la falta de inversión en cuidados. En Aragón, calculan que están en situación de vulnerabilidad 12.000 inmigrantes sin papeles. UGT reclama una coordinadora para atajar una forma de esclavitud con la que convivimos a plena luz del día.