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AGRICULTURA

El campo aragonés espera las lluvias para sembrar el cereal de invierno y recoge la oliva con buenas perspectivas

El cereal de invierno no tiene buenas previsiones, después de una cosecha "pésima". Sin embargo, en los olivares esperan producir un 57% más que el año pasado

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Campos secos pendientes de la lluvia para sembrar el cereal de invierno.

La sequía fue la causante de que la pasada cosecha fuera la peor para el cereal de invierno de la última década, según los agricultores, y no son optimistas de cara a la próxima campaña. Esperan las lluvias para sembrar, después de una campaña en la que apenas cubrieron el 20% de los gastos.

En comparación con lo recogido hace un año, la cosecha se ha reducido un 30%. En Teruel, los agricultores miran al cielo porque si no llueve, van a tener que invertir más dinero que nunca en sus campos, ya que a la mala situación se suma la subida del precio del gasóleo, la semilla y el abono.

"Salimos de un año malo, en el que hemos cogido una cosecha pésima, entonces, no vamos igual de ilusionados que otros años. De una hectárea tendrían que salir unos 2.000 kilos de cebada, que daría para poder cubrir gastos y que nos quede algo", señala el agricultor turolense Pedro Muñoz.

Con todo, los agricultores calculan que sembrar una hectárea superará los 450 euros de inversión. "El precio del litro del gasoil está por las nubes, justo cuando más demanda tenemos. En el tema de fertilizantes, otra vez han vuelto a subir, además, se da la paradoja de que puede ser la tormenta perfecta de que nuestros productos están bajando porque estamos hablando de cereales que están un tercio más baratos que el año pasado", comenta José Manuel Cebollada, presidente de Asaja Aragón.

Para paliar la situación, desde el sector reclaman más ayudas directas y una PAC que se adapte mejor a la situación de los agricultores.

En la otra cara de la moneda están los agricultores dedicados a las olivas. Hace unos días comenzó su recolección en La Zaida (Zaragoza), donde Ángel Artal, propietario de Aceites Artal, tiene plantadas unas 560 hectáreas. "Para nosotros, la campaña es buena. Vamos a recoger más que el año pasado", calcula. 

En Aragón, este año se espera producir 11.500 toneladas de aceite, un 57 % más que en 2022. Aunque esta cifra sigue por debajo de lo que sería habitual. Los campos del Matarraña y los de regadío serán los que mejor cosecha obtengan. Las más perjudicadas, las zonas de Belchite y el Bajo Martín. Ahora mismo, en las Almazaras de la Comunidad quedan 427 toneladas de aceite.

"La diferencia de tiempo entre que la oliva entra en la almazara y sale como aceite para vender es de entre dos y cuatro semanas en muchos casos. Este año es muy posible que esto se adelante, no se adelantará la cosecha, pero sí ese proceso para que el aceite nuevo salga a la venta", asegura Juan Baseda, presidente de la DOP Aceite del Bajo Aragón.

En duda queda el precio que tendrá el litro de aceite. En el último año, su precio se ha duplicado. Una noticia que para los agricultores supone poner hacer frente a los altos costes de la energía y los carburantes.