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SALUD

El coste de un mes sin beber agua del grifo en Tarazona: más de 50 euros por vecino y un cambio de hábitos

No pueden consumir agua del grifo ni para beber ni para lavarse los dientes. Tampoco para cocinar, al menos que la hiervan durante diez minutos

SILVIA ROMEO /
Un vecino de Tarazona carga varias garrafas de agua en su coche.
icono foto Un vecino de Tarazona carga varias garrafas de agua en su coche.

Los vecinos de Tarazona cumplen un mes sin poder consumir agua del grifo para beber, lavarse los dientes o limpiar alimentos. Diez días después estas restricciones se ampliaron a Torrellas, Novallas y Los Fayos. El culpable es un protozoo Cryptosporidium que está presente aguas arriba del río Queiles, y sobre el que están investigando desde hace semanas para hacerlo desaparecer. De hecho, Sanidad ha detectado el origen de la afectación y está en Castilla y León. Hasta que llegue la solución, los habitantes de las citadas localidades deben sustituir el consumo de agua de boca por embotellada. Al menos, si quieren evitar una gastroenteritis de carácter leve que ya ha afectado a más de 500 personas. Esta circunstancia, en cálculos aproximados, supone un gasto extra de 1,78 euros al día por persona, algo más de 53 euros al mes. Para una familia media con cuatro miembros, el gasto en agua superaría los 212 euros. 

Según el último informe del consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el precio medio del agua embotellada en España es de 0,21 euros el litro. Así, si cada persona adulta bebe alrededor de dos litros de agua al día, y gasta aproximadamente uno y medio para lavarse los dientes y otros cinco para cocinar, esto da como resultado un gasto aproximado superior a 1,5 euros en agua por persona y día.

Resignación entre los vecinos

Los vecinos afectados por el brote de gastroenteritis viven resignados con esta situación. Para la mayoría el trastorno no es tanto económico como organizativo. En casa de David Cobos, por ejemplo, viven tres personas. Para él, lo más duro es "estar pendiente" de no equivocarse y beber agua del grifo por error. "A lo mejor vas a hacer la comida y, por costumbre, echas agua del grifo. Luego te das cuenta y ya tienes que limpiar la cacerola e incluso los alimentos", explica. Él y sus padres han optado por dejar siempre agua mineral a la vista en la cocina y el baño para así recordar que deben usarla. 

En casa de Marisa Lancis, donde viven cinco personas, ya tenían costumbre de beber agua embotellada antes de que se anunciaran las medidas de precaución, el pasado 11 de septiembre. En su caso, el mayor incordio es cocinar con agua mineral, ya que ha tenido que cambiar sus hábitos en la cocina para intentar ahorrar. "Llevo bastante mal hacer platos como pasta, porque me gusta aclararla y ahora no lo estoy haciendo", reconoce. En su casa compran garrafas y puntualmente aprovechan el reparto de agua gratuita que está dando el Consistorio de Tarazona, el municipio más afectado por el brote gastrointestinal.

El río Queiles a su paso por Tarazona.

Maneras de ahorrar

Precisamente, los Ayuntamientos de las cuatro localidades afectadas han instalado depósitos de agua potable para que los vecinos puedan abastecerse de forma gratuita. En concreto, en Tarazona han instalado 17 con capacidad de 1.000 litros cada uno. El uso de estos grifos es una de las maneras de evitar el gasto extraordinario de 1,78 euros al día por persona. Tan solo hay que acercarse a uno de los contenedores de agua y rellenar las garrafas o botellas necesarias.

Además, el Ayuntamiento de Tarazona ha reforzado desde hace unos días el acceso a agua potable con el reparto de garrafas de seis litros en el recinto ferial y en asociaciones vecinales. 

Otra forma de ahorrar es hervir el suministro que sale del grifo durante al menos 10 minutos. Así, según fuentes oficiales, el protozoo no afecta a la salud. Aunque también hay que tener en cuenta el gasto en energía.

Descontento en bares y restaurantes

Los establecimientos hosteleros de las cuatro localidades son probablemente los más afectados por la restricción del agua. Algunos están descontentos porque están teniendo cancelaciones y han notado una reducción de la clientela que prefiere no sentarse a tomar algo por precaución. "Ocurre sobre todo en Tarazona, donde hay más turismo", indica Conchi Pérez, dueña del bar Terraza del Queiles en Torrellas. Sin embargo, si se toman las medidas oportunas, no hay riesgo de infección.

En el caso de Terraza del Queiles, Pérez dice no haber notado diferencia de clientes este último mes. Económicamente apenas le ha afectado porque siempre usaba lavavajillas y diariamente acude a coger agua para cocinar del depósito público que el Consistorio ha puesto a disposición de los vecinos. "Lo único que hemos cambiado son los hielos, que ahora los usamos de compra", indica. La responsable no está repercutiendo el coste en el precio final de las consumiciones. "Entendemos que es algo puntual y asumimos ese coste igual que nos toca hacerlo cuando se nos rompe una máquina", expone. Solo se planteará subir los precios si esta situación se prolonga "demasiado" en el tiempo.