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TURISMO

El patrimonio artístico y los paisajes atraen cada año a miles de turistas a los municipios menos poblados de Aragón

Las pinturas románicas de Bagüés, las actividades que se pueden practicar en Sieste o la arquitectura civil de Veguillas, pueblos que rondan la veintena de habitantes censados, suponen reclamos singulares para viajeros, deportistas y estudiosos

ALEJANDRO LÓPEZ /
Vista de la iglesia de Bagüés. / Aragón TV
icono foto Vista de la iglesia de Bagüés. / Aragón TV

La llegada del verano puede convertirse en un mal rato para aquellas personas a las que no les gustan las masificaciones. El turismo estival, promovido por las vacaciones y grandes eventos, como los festivales, reúne en torno a los mismos espacios a miles de personas. Un problema cuya solución la podemos encontrar sin salir de las fronteras de Aragón, con pueblos y municipios que cuentan con apenas un puñado de habitantes, pero con atractivos turísticos en forma de arte o actividades.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), una decena de municipios aragoneses apenas rozan la veintena de habitantes. Es el caso de Salcedillo (Teruel) con 11, Almohaja (Teruel) con 14, Bagüés (Zaragoza) con 16, Aguatón (Teruel) con 17, Pozuel de Ariza (Zaragoza) con 17, Bádenas (Teruel) con 18, Balconchán (Zaragoza) con 19, Fago (Huesca) con 20 y Alpeñés (Teruel) con 20. Muy de cerca, y apenas superando la veintena, encontramos localidades como Veguillas de la Sierra (Teruel) con 21, Lobera de Onsella (Zaragoza) con 25 o Purujosa (Zaragoza) con 27.

Sin embargo, son lugares no sólo con encanto, sino que ofrecen al turista la oportunidad de conocer joyas del patrimonio histórico, como la iglesia parroquial de Sieste, o la de los Santos Julián y Basilisa de Bagüés, de finales del siglo XI. "La gente viene de propio a ver la iglesia y nosotros les recibimos encantados", reconoce su alcalde, José Alberto Pérez.

En otros casos, es su ubicación lo que les hace especiales, como Triste, que es el punto de partida para cientos de turistas que cada año visitan el Parque Nacional de Ordesa, o Sieste, paraíso para la práctica del barranquismo o el senderismo, apuntan desde el hotel-restaurante El Mirador de L´Abadía, ubicado en esta localidad oscense, y por el que pasan cientos de visitantes cada año atraídos por este entorno natural.

A continuación, algunos de estos lugares ubicados en las tres provincias aragonesas que hacen honor a ese tópico de que las mejores fragancias se sirven en frascos pequeños:

Bagüés (Zaragoza)

En el corazón de la comarca de las Cinco Villas, escondido tras El Longás, se encuentra Bagüés, un pueblo de 15 habitantes (dato del 2022 ofrecido por el Instituto Nacional de Estadística) a menos de dos horas en coche de la capital aragonesa. Sus apenas 30 kilómetros cuadrados de superficie atesoran una de las más importantes concentraciones del románico de la provincia de Zaragoza. Cientos de turistas, aficionados al arte e incluso expertos y profesores de universidades admiran joyas como la iglesia de los Santos Julián y Basilisa. Un edificio construido en la variante lombarda de la época y que data de finales del siglo XI (año 1080 aproximadamente). Su colección de pintura románica se exhibe actualmente en el Museo Diocesano de Jaca, tras su descubrimiento en 1966.

Pinturas románicas de la iglesia de los Santos Julián y Basilisa.

Y muchos turistas se acercan cada año para conocer esta joya del patrimonio aragonés. "Les dejamos las llaves de la iglesia y les acompañamos para explicarles lo que atesora", reconoce el alcalde de Bagüés, José Alberto Pérez. "Hay algunos que nos avisan antes de que van a hacer la visita, como por ejemplo pasa con gente que viene de la Universidad de Zaragoza. Además, como en el pueblo no tenemos lugares de restauración, les recomendamos sitios cercanos y eso también favorece a la economía de estos municipios", comenta Pérez.

Sieste (Huesca)

Situado al lado del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y de los Parques Naturales de Posets Maladeta y el de los Cañones de la Sierra de Guara, cuenta con apenas 17 vecinos. Está a poco más de una hora en coche de la ciudad de Huesca, accediendo por la A-23. Entre los encantos de Sieste, su Iglesia parroquial, una obra barroca del siglo XVIII cuya única nave está decorada con pinturas de carácter popular.

Iglesia parroquial de Sieste.

Quienes visitan este entorno disfrutan de "unas magníficas vistas al barranco de Sieste y un ambiente cálido", aseguran desde El Mirador de L´Abadía. Por este hotel-restaurante pasan cientos de turistas cada año, tanto aragoneses como de otros puntos de España, que disfrutan además de "una cocina basada en productos de km0 y de recetas aragonesas".  Además, acuden muchos amantes del "senderismo, BTT y barranquismo" que aprovechan su geografía para practicar estas disciplinas. 

Veguillas de la Sierra (Teruel)

Al Sur de la Comarca Comunidad de Teruel se encuentra este municipio de 21 habitantes. Se halla en el punto denominado la Cruz de los Tres Reinos, convergiendo los antiguos reinos: Castilla, Valencia y Aragón. Una ubicación estratégica que le permite recibir visitantes de estas tres comunidades autónomas para apreciar su arquitectura, tanto civil como religiosa. Destaca la iglesia, de la Santísima Trinidad (s. XVIII), y la ermita de San Marcos, que actualmente hace las veces de cementerio.

Vista desde la entrada de Veguillas. / Comarca Comunidad de Teruel

Y, para los que prefieran visitar Veguillas en medio de sus celebraciones, el municipio celebra sus fiestas para consagrar a San Roque y Santa Waldesca los días 22, 23 y 24 de agosto.

Purujosa (Zaragoza)

De Purujosa, un municipio de 27 habitantes que parece escondido por la geografía, llama la atención su ubicación. Se encuentra en la zona más alta de un espolón rocoso que nace sobre el río Isuela y el barranco de la Virgen, lo que permite que desde el pueblo puedan disfrutar de unas espectaculares vistas.


Purujosa / Turismo Aragón

Un paisaje que brinda la posibilidad de realizar un sinfín de rutas senderistas y de bicicleta, y también de practicar la espeleología en sus cuevas. Sobresalen entre sus construcciones la iglesia El Salvador, fechada en el siglo XIII y la ermita de Constantín.

A pocos kilómetros de esta localidad se encuentra Calcena que, en contraposición, cuenta con 6.297 vecinos. Es un lugar muy querido por los amantes de la escalada y hasta esta zona de la comarca del Aranda pueden llegar cada año turistas de diferentes partes de España. “Hace más de 20 años que vienen vascos, navarros, madrileños… Siempre ha habido escalada clásica y ahora se ha abierto paso la deportiva”, explica el alcalde, Mariano Miguel.

Triste (Huesca)

Triste es una pequeña localidad oscense que se encuentra a menos de una hora en coche de la capital de la provincia. Según el dato más reciente del Instituto Nacional de Estadística, cuenta con 17 habitantes. En plena comarca de la Hoya de Huesca, este enclave cuenta con un hermoso campanario románico, un peculiar museo de telares antiguos y un paisaje natural que rebosa verde por los cuatro costados.


Es el punto de partida para cientos de turistas que cada año inician en él la visita al Parque Nacional de Ordesa. Su nombre le ha perseguido durante los años como una losa, pero también le ha llevado a ser escenario de un anuncio de televisión para una conocida marca de helados.

Lobera de Onsella (Zaragoza)

Al norte de la provincia de Zaragoza y a escasos 15 minutos en coche de Sos del Rey Católico -uno de los municipios más turísticos de Aragón- se encuentra este enclave de La Val de Onsella. “La verdad es que tiene muchas cosas que ver muy cerca. En el mismo Lobera tenemos la sierra de Santo Domingo y se puede llegar en una ruta hasta el pozo PÍgalo. Tampoco queda lejos del embalse de Yesa, que está a media hora, y hace frontera con Navarra”, cuenta Silvia Betrián, una vecina del municipio de las Cinco Villas.