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SUCESOS

Detenidas 14 personas e investigadas otras 15 por estafar 110.000 euros en Huesca

El grupo criminal usurpaba el estado civil de las víctimas y utilizaba técnicas de sextorsión y falsos anuncios de alquiler de viviendas

ARAGÓN NOTICIAS /
icono foto Equipo @ de la Guardia Civil. / Guardia Civil

Agentes del Equipo de Asesoramiento, Prevención y Respuesta en materia de Ciberdelincuencia de la Guardia Civil de Huesca han dado por concluida la Operación 'Plancat', con la detención de 14 personas y la investigación de otras 15 por delitos de estafa, usurpación de estado civil, descubrimiento y revelación de secretos, sextorsión y blanqueo de capitales.

Las diligencias fueron entregados en los Juzgados de Barbastro, Boltaña, Fraga, Graus, Huesca, Jaca y Monzón, quedando los detenidos en libertad con la obligación de personarse ante el Juzgado cuando sean requeridos para ello.

La operación se inició a raíz de la interposición de varias denuncias en distintas localidades de la provincia de Huesca, en las que 16 personas manifestaban haber sido estafadas, con perjuicios económicos que oscilaban entre los 400 y los 65.000 euros, siendo el importe total estafado de 110.000 euros.

Uno de los delitos más utilizados consistía en que los estafadores se hicieran pasar por entidades bancarias, utilizando el método llamado 'smishing', es decir, realizaban envíos de mensajes de texto informando a las víctimas de supuestos movimientos no autorizados en sus cuentas.

De esa manera, creaban incertidumbre entre los estafados que, con el afán de denegar esas transacciones, accedían a un enlace que figuraba en los mensajes que daba acceso a un inicio de sesión en una página de internet que simulaba ser de su entidad bancaria.

Transferencias por miles de euros

Una vez que las víctimas introducían sus datos de acceso y contraseñas de sus cuentas bancarias y creían haber anulado los supuestos movimientos no autorizados, lo que realmente hacían era dar acceso inmediato a sus cuentas bancarias a los estafadores, los cuales aprovechaban para realizar ingresos a otras cuentas o autorizaciones de retiradas inmediatas en cajeros automáticos, todo ello con intención de dificultar la localización del dinero robado.

Dado que no todas las personas que recibían los mensajes llegaban a realizar los cambios de contraseña, para dar una mayor credibilidad a la estafa, en ese mismo instante recibían una llamada de teléfono, llamado en el argot informático 'vishing', simulando ser de la identidad bancaria de las víctimas.

Tras identificarse como operadores de su entidad bancaria y confirmar que se habían intentado realizar diversos cargos en sus cuentas, durante la llamada, los autores se ganaban la confianza de las víctimas y les solicitaban un código recibido mediante mensajes de texto que, según el supuesto operador, era para denegar los movimientos, pero que, en realidad, aceptaban las transacciones.

Posteriormente, los perjudicados se daban cuenta de que, en realidad, se habían realizado transferencias de miles de euros y que todo había sido un engaño.

Sextorsión y falsos alquileres

Otro de los métodos utilizados para seguir con el engaño, era la sextorsión, consistente en recopilar información personal y de acceso público en redes sociales de personas elegidas como futuras víctimas y, una vez obtenidos todos los datos, contactar utilizando llamadas telefónicas, mensajería instantánea y aplicaciones de redes sociales, todo ello con intención de ganarse la confianza de sus víctimas.

Los estafadores, tras largas conversaciones, recopilaban más información personal o fotografías de carácter íntimo, de tal manera que les amenazaban con hacerlas públicas o no hacerlo a cambio de un pago. Las víctimas, ante una posible difusión que les podría generar un gran perjuicio moral, les pagaban a los estafadores, llegando en alguna ocasión al pago de hasta 15.000 euros.

Asimismo, algunos de los detenidos e investigados habían publicado falsos anuncios de alquileres de vivienda, aprovechando fechas señaladas, utilizando páginas de internet de anuncios de este tipo.

Con los anuncios, los ciberdelincuentes conseguían recibir transferencias como señal de una supuesta reserva de alquiler. Las víctimas, una vez llegado el momento de emprender sus viajes, se daban cuenta que las viviendas no existían y de que ninguna persona atendía las llamadas que realizaban para interesarse por su alquiler, dándose cuenta que habían sido estafados, suponiéndoles la pérdida del dinero y la decepción de no tener alojamiento para sus vacaciones.

En todas estas tipologías de estafas, los autores, una vez conseguían el dinero, para dificultar el seguimiento del mismo, utilizaban principalmente tres métodos: compraban criptomonedas, realizaban cambios a divisas extranjeras o bien reenviaban el dinero a cuentas bancarias ubicadas en lugares como Melilla y Lituania.