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SOCIEDAD

Los 'Círculos de Hombres', en la búsqueda de una nueva masculinidad

Los expertos coinciden en señalar que el camino a recorrer para arrinconar al machismo pasa por un análisis interno del 'yo hombre'

ARAGÓN NOTICIAS /
Un 44% de los hombres, según el CIS, dicen sentirse discriminados.
icono foto Un 44% de los hombres, según el CIS, dicen sentirse discriminados.

Un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) determinó hace pocas semanas que, en España, el 44,1% de los hombres cree que ahora están discriminados debido al exhaustivo trabajo que se ha llevado a cabo con la promoción de la igualdad de las mujeres. Cifras que también reflejan que casi el 70% de estos hombres tienen completada al menos la educación secundaria, y un 20% la superior. Solo un 17,9% carecen de estudios. ¿Es esta percepción real o forma parte de una sociedad, que a pesar de la evolución, se mantiene con el machismo en primer plano? ¿Y sobre todo, qué papel deben jugar los hombres para mejorar dentro de la sociedad en la que viven?

De un tiempo a esta parte se ha abierto un debate que afecta directamente al género masculino y que le ha obligado a reflexionar y a hacer autocrítica. Aunque ya existían en los años 80, en países como Alemania, Australia o Canadá, los llamados 'Círculos de Hombres' viven en España un crecimiento en el número de participantes, empujados por el auge del feminismo. En ellos, se revisan mitos y se deconstruyen algunas creencias sobre la masculinidad. La Fundación Claudio Naranjo ofrece uno de estos talleres en Zaragoza los próximos 16 y 17 de febrero.

"Nos encontramos con hombres y sus mochilas, con sus fortalezas y sus fragilidades", reconoce Xavier Gimeno, uno de los expertos que trabaja para la Fundación. Este pedagogo y psicólogo señala que "existen masculinidades en plural", porque cada caso es único. Los cursos son un camino terapéutico para profundizar en ese 'yo hombre' con los que "despojarse de los muchos tabúes que afectan y nunca se exteriorizan", afirma. Un camino en el que se abre la caja de Pandora de muchas cosas. "Es una labor que cuesta, porque tienes que hacerlo tú y eso requiere tiempo y esfuerzo", advierte Gimeno. Al final, el trasfondo va más allá del feminismo y de la relación entre hombres y mujeres, "implica, además, la educación recibida, las herencias transgeneracionales familiares, las figuras masculinas del entorno, el dónde vives", etc. 

Masculinidad y feminismo

Pablo Pérez es sociólogo y ha formado parte desde hace 11 años de este tipo de iniciativas. Su visión de la nueva relación hombre-mujer no es para nada halagüeña en pleno 2024. Y no lo es porque para él las mujeres "tienen clarísimo qué quieren conquistar y tienen claro que esa lucha social lleva inherente una transformación interna de su género como tal", reflexión que "resulta muy deficitaria en el hombre". Este profesor de Educación Infantil durante 37 años pone el foco del problema en cómo se está transmitiendo el mensaje. "Existe una razón para instar a ese cambio, pero se está fallando estrepitosamente en la transmisión de lo que se cuenta", sentencia Pérez.

"¿Qué hace que un chaval se sienta amenazado por las mujeres?, ¿por qué?, ¿Qué le pasa a este chaval?, ¿alguien se ha parado a pensar por qué tiene este sentimiento?", se pregunta. Y un ejemplo de respuesta que ofrece, desde su experiencia como docente, es contundente: "Ya desde la educación primaria la perspectiva de género con las mujeres es muy clara, pero con los hombres no".

Gestión de los sentimientos

"Las mujeres aprenden a gestionar los sentimientos desde pequeñas con mucho esfuerzo", continúa este sociólogo, pero los hombres "son analfabetos" en el tema y concluye con la crítica de que, a día de hoy, "no se aborde en los centros educativos".

Por eso, a pesar de los esfuerzos, todavía "el patriarcado forma el eje de problema", ya que no está extinto. "Esa losa solo puede superarse con una lectura en clave interna de lo que somos como hombres, si queremos ser robots o no", sentencia el experto. Y, una parte de ello, está en ser capaces de dejar atrás "ese mensaje de que la masculinidad ideal tiene que ser la del héroe que carece de sentimientos, heterosexual y de competitividad extrema, que -denuncia- se sigue proyectando desde el exterior".

El camino a recorrer es largo y tortuoso, y empieza por uno mismo. "Queda mucho, pero hay que dar los primeros pasos", afirma Xavier Gimeno, algo en lo que coincide Pablo Pérez. Un esfuerzo que debe salir del hombre, porque, como dice este experto, "de poco sirve acudir a estos actos si se perciben como algo amenazante o porque forman parte del ultimátum que le ha dado una mujer".