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LITERATURA

Lorenzo Silva: "Una sociedad se retrata en su criminalidad y en la respuesta que le da"

El escritor presenta, esta tarde en Zaragoza, 'La llama de Focea', la última entrega de la saga policíaca de los agentes Vila y Chamorro

ALIZIA BEGUÉ /
Lorenzo Silva presenta 'La llama de Focea'./ Carlos Ruiz
icono foto Lorenzo Silva presenta 'La llama de Focea'./ Carlos Ruiz

Lleva más de 20 años en la Guardia Civil, pero el brigada Vila tiene para, al menos, unos cuatro años más en activo. El escritor Lorenzo Silva presenta en Zaragoza el último caso de este popular agente en la ficción que, en esta ocasión, debe resolver un crimen junto a su equipo en la Barcelona de octubre de 2019. La víctima es la hija de un empresario vinculado al independentismo catalán investigado por la Justicia. A partir de las 19:00, Silva participará en un encuentro con lectores en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza.

'La llama de Focea' es el decimotercer caso literario Bevilaqua y Chamorro, ¿qué se puede encontrar en este libro?

En esta ocasión el crimen es el asesinato de una peregrina en el Camino de Santiago, en Galicia. Una joven barcelonesa que descubren que es la hija de un conocido expolítico empresario del independentismo catalán y que está siendo investigado por la justicia. No es un caso más, ya que ha pasado allí. 

Hay relato de viajes, siempre los hay, pero también una mirada sobre la condición humana, sobre las relaciones entre padres e hijos, el legado de quién dejamos y de quién nos precedió. Y todo con el trasfondo de la España contemporánea, en el otoño del 2019 y con una Barcelona en llamas. Es un recorrido que hacemos con los personajes y cada uno aporta su punto de vista. Hace tiempo que me gusta que sean novelas corales, con voces incluso contrapuestas y que sirva para dar una panorámica de la sociedad contemporánea. 

¿Ha sido complicado escribir sobre el 'procés'?

No, porque es una novela, no es un ensayo o un estudio sociológico del procés. Es una ficción donde aparecen personajes y algunos tienen un lugar en la sociedad catalana que están en ese lado del conflicto y se reflejan esos personajes y con respeto, no los caricaturizo. Alguien que no piensa como yo tiene su visión del mundo. 

En otros libros de la saga aparece la corrupción política, la de las Fuerzas del Estado, negocios turbios... ¿Es un poco reflejo de la sociedad contemporánea?

Una sociedad se retrata en su criminalidad y en la respuesta que le da a esa criminalidad. Una sociedad que tiene abundancia de alguna criminalidad señala cierta carencia. Si eso es impune, también cuenta algo de la sociedad. La española es una sociedad donde la delincuencia violenta no es muy abundante, pero hay otras que están en un momento galopante, otras que parecen difíciles de luchar, como la corrupción... Adopto el punto de vista de quienes lo combaten, la repuesta del Estado, que es la respuesta de la sociedad española. Algunos corruptos acaban en la cárcel, de hecho algunos muy importantes, algo que en otras sociedades no ocurre. 

¿Todavía quedan ideas para innovar en tramas?

Sí, porque los seres humanos tenemos muchas malas ideas, esto no para. El que quiere escribir novela criminal siempre tiene inspiración. Más allá de los casos y los móviles, ahora no me planteo tanto de la historia, de hecho tengo en mente tres historias más, sino qué hago con los personajes, porque tengo uno cerca de la madurez, pero está bien porque la madurez forma parte de la existencia y plantearlo en la ficción parece que le da naturalidad, parece que lo que nos sucede a ellos nos puede suceder a nosotros. 

Claro, porque el agente está cerca de los 60, la saga comenzó hace 24 años y ya estará ya pensando en su jubilación... ¿ese es el plan?

Ahora tiene 56 años y la saga comenzó cuando contaba con 36. No tengo ningún plan cerrado, solo hipótesis.... Ya veré, puede seguir hasta los 60 en condiciones normales o incluso cinco años más, no se que haré sinceramente... Pero tengo las tres siguientes historias, que es lo que al menos le queda en activo.  

¿Qué podemos saber de ellas?

La próxima transcurre en 2020, con la COVID-19 ya presente en nuestras vidas.

En 'La forja de un rebelde', escrito con Noemí Trujillo, ya aparece el trasfondo de la pandemia. ¿Cómo es escribir sobre ella? 

No pretendo hacer novela de pandemia, un análisis profundo, sino que estamos contando que durante la pandemia la vida siguió, para casi todos más reducida, pero seguía habiendo crímenes y había dificultades de todo tipo. Nos pareció interesante y lo hablamos con Noemí, y casi fue a ella a quien se le ocurrió la idea. La agente Mauri, que protagoniza la historia, es más contemporánea y contamos la situación de pandemia con normalidad

¿Cómo es la experiencia de escribir una novela a cuatro manos?

Es un ejercicio de negociación y de respeto de las ideas del otro y tratar de ponerle al otro ideas que vayan con él. Es un ejercicio muy interesante, tienes que dejar margen para que cada uno aporte su punto de vista, su estilo, sus ideas y eso se mezcla y sale un escritor diferente. Si lees los libros que he hecho yo solo o los que ha escrito solo ella te das cuenta de que es algo diferente. 

En 2010 fue nombrado Guardia Civil Honorario... ¿Qué tal su relación con la Guardia Civil?

No tengo ningún vínculo previo o lazo familiar con ellos, pero desde el principio ha ido muy bien. Desde la primera novela empecé a recibir llamadas desde guardias de a pie hasta el jefe de entonces de la UCO, que me dijo que en la novela parecía que no tenían muchos medios y me invitó a visitarla. La relación es fruto de la generosidad que han tenido con mi trabajo. Soy un novelista, me invento cuentos de ficción y podrían haber dicho 'haz lo que puedas', pero enseguida me ofrecieron su ayuda y hoy en día cuento con la amistad de algunos, empezando por aquel jefe de la UCO. 

Desde 1998 que se publicó la primera novela, la imagen de la Guardia Civil ha evolucionado, ¿cómo ha sido ese cambio? 

La imagen que teníamos de la Guardia Civil era peor que la de hoy porque era poco precisa y poco próxima a la realidad. En los 90 ya había sufrido un cambio importante y en el perfil de Vila ya existía y te los encontrabas en las investigaciones, pero la sociedad española no era consciente, pensaban más tópicos del pasado, a veces muy remoto. Solo tendí una realidad que la ficción no estaba mostrando. Algo que, me decían mucho, era que me estaba inventando una Unidad Central, tipo FBI, para parecernos a los americanos, pero ya existía la UCO aunque nadie lo supiera. 

Ya conoce Zaragoza y Aragón en general de muchos encuentros con lectores, ferias... ¿Cómo es el público aragonés?

Lo conozco mucho, más allá de Zaragoza también he estado en muchos pueblos con los planes de fomento de lectura de la Diputación con los que he podido ir a zonas más rurales. Es un público muy lector y generoso, le viene bien a un escritor como yo. Llevo más de 20 años publicando libros y me gustaría seguir haciéndolo, sé que es una carrera de fondo y eso se basa en tener unos lectores a los que intentas no defraudar. Eso te exime de casarte con nadie. Y en Aragón siempre me he encontrado este lector. 

¿Es verdad que somos un poco Ohio y lo que se prueba aquí se sabe cómo va a funcionar fuera?

Lo que sí me he dado cuenta cuando voy por Aragón es que el aragonés está relativamente centrado, no hay crispaciones. Aragón tiene muchas reivindicaciones, pero creo que el aragonés trata de vivir con una conformidad razonable con lo que la vida te puede dar. Agravios hay en todas partes, pero en otros sitios hay mucho sentimiento de agravio y aquí no se vive tanto con él.  

A partir de las 19:00 de este miércoles, 5 de octubre, Silva estará firmando ejemplares en el Ámbito Cultural del Corte Inglés de Zaragoza.