Las autoescuelas altoaragonesas critican los retrasos para presentar a sus alumnos al examen práctico

La Asociación Provincial de Autoescuelas de Huesca asegura que los centros no pueden atender toda la demanda de estudiantes porque faltan examinadores en la provincia. La parte teórica funciona en tiempo y forma, no así la parte práctica que, dicen, sufre retrasos derivados de la falta de profesores formados. 

"Aprobé el teórico el cuatro de febrero y salí del simulador a finales de abril. Empecé la semana pasada con la práctica y esta me voy a presentar ya", comenta una alumna de la escuela ACF, que ha tenido que esperar dos meses y medio para poder presentarse al examen por la falta de huecos libres para las clases prácticas. Una situación que en algunos centros han paliado con simuladores de conducción.

De la misma forma, no se realizan tantos exámenes como a las autoescuelas les gustaría para poder atender la demanda de sus alumnos. Es la denuncia del sector ante la necesidad de obtener los permisos. Una demanda que aumenta en verano, ya que los jóvenes aprovechan los meses de descanso para sacarse el carnet de conducir. 

Las autoescuelas reclaman más medios humanos y más rapidez a la hora de realizar los trámites. Así lo explica Jesús Viñuales, director de ACF: "Se juntan las dificultades que tenemos para sacar a los alumnos, tanto por la falta de examinadores como por la falta de profesores, un poco no es que abunden. Y la Administración, en este sentido, también tiene mucho que ver, porque podría agilizar mucho los procesos".

Por su parte, desde la Jefatura Provincial de Tráfico de Huesca aseguran que los exámenes funcionan con fluidez y que los distribuyen en función de la capacidad que tiene cada autoescuela. "En los últimos meses, las reservas no se han cubierto. De 20 circulaciones que tenía Jaca, se han quedado sin cubrir seis, pero porque las escuelas no han presentado alumnos", destaca su responsable, Margarita Padial. 

La distribución, explican, se realiza a través de un sistema informático implantado por la Dirección General de Tráfico (DGT) que permite ajustar y repartir la capacidad de evaluación de cada jefatura provincial entre la demanda de las autoescuelas de la zona. Una aplicación que no termina de convencer a los centros.