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Amaxofobia: tres de cada diez conductores no pueden ponerse al volante por miedo

Este trastorno puede tratarse y cada vez son más las autoescuelas y centros de formación vial de Aragón que dan clases a gente que lo sufre

ALEJANDRO LÓPEZ /
El 30% de la población no puede ponerse al volante por miedo a conducir.
icono foto El 30% de la población no puede ponerse al volante por miedo a conducir.

Conducir es para muchos un gesto tan sencillo como habitual. Para otros, sin embargo, supone una mezcla de impotencia, nervios, baja autoestima y una gran cantidad de estrés. La amaxofobia es el miedo irracional a conducir, un trastorno psicológico que bloquea de manera total o parcial a la hora de ponerse al volante. Tres de cada diez conductores la padecen y, por eso, cada vez son más las autoescuelas y centros de formación vial de Aragón que dan clases a gente que lo sufre. 

Según un estudio de la Fundación CEA (Comisariado Europeo del Automóvil) y publicado en la revista de la Dirección General de Tráfico, el 28% de la población sufre este trastorno. Su nombre propio viene de las palabras griegas 'amaxo', que significa carruaje o vehículo, y 'fobia', relativo al miedo o temor. Además, a este porcentaje habría que añadir todos aquellos conductores que, padeciéndolo, aún no le han podido poner etiqueta.

No hay un único perfil entre quienes sufren amaxofobia. Existen diferentes grados y modalidades reconocidas por los psicólogos, pero en todos coinciden los patrones de inseguridad, ansiedad, bloqueo y nerviosismo al volante. La edad en la que es más habitual que este trastorno aparezca es entre los 34 y los 37 años y afecta a hombres y mujeres prácticamente por igual, aunque los varones son más reacios a reconocerlo públicamente.

La Fundación CEA puso en marcha hace nueve años una terapia grupal específica, por la que ya han pasado más de 500 conductores, según los datos de Tráfico, y el 80% de los que han pasado por este programa han superado el miedo y han vuelto a conducir.

En el caso de Aragón, el presidente de la patronal de autoescuelas de Zaragoza, Sergio Olivera, reconoce que ya hay varias autoescuelas que incluyen clases de amaxofobia entre sus recursos. A pesar de que no existe un registro al uso con el que contabilizar cuántas personas sufren este trastorno a nivel local e incluso autonómico, Olivera afirma que desde su centro se encargan de facilitar a los profesores de autoescuelas esos cursos de formación específica para que puedan impartir clases de ese tipo. "En estos cursos, reciben claves que les ayudan a tener nociones suficientes para dar herramientas psicológicas y técnicas a los conductores afectados", explica Olivera.

Formación específica para superar la amaxofobia

La profesora de formación vial y directora de la autoescuela Cavia, Irene Ibáñez, lleva diez años tratando la amaxofobia. Por este centro zaragozano han pasado cientos de conductores durante esta última década buscando ayuda para lidiar con el miedo a conducir. "Nos hemos encontrado todos los perfiles, desde policías y militares hasta profesores. Es un trastorno que afecta a ambos sexos. Viene todo motivado por el estrés y los problemas de autoestima. También influye mucho en las capacidades que tenemos", asegura Ibáñez.  

Para superar el trastorno, esta profesora y directora de autoescuela siempre hace al alumno que sufre este problema una primera pregunta: "¿Realmente quieres conducir?". Ibáñez asegura que es la clave para comenzar a desbloquear los miedos irracionales. "Y nos ayudará a conocer si tenemos una motivación para enfrentarnos a esta incómoda situación", concreta. Si la respuesta es afirmativa, antes de acercarse al coche, el alumno charla con su profesor a modo de sesión psicológica para conocer mejor de dónde viene ese comportamiento. 

El último paso es pisar el acelerador. "Tal y como sucede en la formación para adquirir el permiso de conducción, en estos casos también se trabaja de forma progresiva con rutas pactadas con el alumno y siempre reforzando su autoestima", concreta la profesora. "Hablamos de un total de 12 a 14 sesiones", añade. En su autoescuela también existe la posibilidad de 'reciclar' esos conocimientos. 

Aprender a controlar el miedo es clave

Alfredo (nombre ficticio porque prefiere no dar el verdadero) llevaba años trabajando como responsable de una empresa de repuestos automovilísticos en Zaragoza cuando comenzó a desarrollar ciertos temores a la hora de ponerse al volante. "Rutas que realizaba a diario sin esfuerzo se convirtieron en casi impensables de afrontar", cuenta el afectado. Una inseguridad que aumentaba en situaciones de estrés. "Me enteré de que sufría amaxofobia, que no sabía ni lo que era", cuenta, mientras asegura que lo más complicado fue reconocerlo, ya que el trastorno suponía una traba directa a su trabajo.

Y tal y como cuentan desde las autoescuelas, la mayoría de las veces este no es un proceso fácil. "He tenido personas que han vomitado por los nervios cinco minutos antes de subirse al coche y otros que ni siquiera podían abrir la puerta para empezar la clase", asegura Ibáñez. La directora de esta autoescuela de la capital aragonesa tiene claro que el miedo a conducir no se pierde. "Es algo con lo que se vive siempre, pero se puede aprender a controlar", aseguraba. "Con las clases, se puede abrir el campo de la libertad que da conducir y tener independencia y autonomía", añadía.