La escasez de reservas de agua en Aragón pone en riesgo también los cultivos de verano
El campo aragonés advierte de que estos cultivos penden de un hilo porque el agua, de momento, es insuficiente. En muchas zonas ya dan por perdida el 80% de la cosecha de cereal de invierno

La sequía y la escasez de reservas de agua preocupa mucho en el campo aragonés. En muchas zonas, un 80% de la cosecha de cereales de invierno se da ya por perdida y los agricultores advierten: los cultivos de verano penden de un hilo. En Bardenas, por ejemplo, están cerca de entrar en niveles de emergencia.
En esta zona de Aragón, el campo necesita más agua para que cultivos como los de cebada crezcan. “Ahora mismo deberían tener entre 40 y 50 centímetros, en cambio el tallo se va a quedar muy pequeño”, asegura uno de los técnicos de esta comunidad de regantes.
El agua que hay en este momento, con los embalses de la cuenca del Ebro por debajo de 4.400 hm³, un 55% de su capacidad, es insuficiente. En Bardenas dependen de las aportaciones de Yesa, que está al 57%, y desde marzo riegan con cupos. Sin una previsión de lluvias, prevén que el agua embalsada no llegará para todos los cultivos de invierno, algo que consideran que puede lastrar también a los de verano. “Los cultivos más importantes de mayo, como puedan ser siembras de maíz o de arroz, estamos planteando no sembrarlas para intentar salvar los cultivos vivos en estos momentos", subraya el presidente de la comunidad de regantes de Bardenas, José María Vinué.
Algo más de optimismo con los frutales
En la zona de Caspe, el cereal de secano se da por perdido al 80%. Con los frutales, son un poco más optimistas. El agricultor Jesús Ferrer explica cómo riegan por goteo con agua de una balsa que procede del río Guadalope, “un río que se ha portado bien este año”.
En peor situación están los frutales de las zonas de nuevo regadío de Caspe. Estos se abastecen del embalse de Mequinenza, que está al 62% de su capacidad. Ya sufrieron restricciones a finales de la cosecha pasada, lo que podría afectar a las próximas. "Al árbol le has obligado a parar antes y a la hora de arrancar en primavera no ha tenido la suficientes reservas para hacerlo bien. Los daños se empiezan a ver ahora", explica Concha Molina, la responsable del sindicato UAGA en el Bajo Aragón-Caspe.
Con los embalses de la cuenca del Ebro a más de mil hectómetros cúbicos de la capacidad que marcaban el año pasado y a 1.500 del promedio de los últimos cinco años, la esperanza pasa por una lluvia que no llega. Este miércoles, el Gobierno central ha convocado a la Mesa de la Sequía para analizar, junto al sector y las comunidades, esta situación que afecta a todo el país. Si esto no fuera suficiente, los agricultores recuerdan que la de este año ha sido, además, una de las cosechas más caras debido el incremento en los precios del grano, los abonos y el combustible.
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